sábado, 4 de abril de 2015

3 de abril de 2015 – Gold Beach – Woodburn – 460km – 6h

Si antes abro el pico, antes meto la pata. Si ayer decía que al menos hacía bueno, hoy la meteorología se ha vengado de mi por bocazas. Ayer, antes de meterme en la cuna, estaban poniendo en la tele el tiempo que iba a hacer hoy. Mostraban unos cuantos soles, con unas cuantas nuvecitas y un letrero que ponía: - light showers. No era sol…, pero no pintaba mal. Cuando esta mañana he asomado la gaita por la ventana, estaba nubladillo pero nada presagiaba la que me iba a comer. Tenía pensado llegar hasta Portland, y para llegar hasta allí, iba a recorrer la famosa “Oregon Coast”. Recorrerla la he recorrido pero verla… No llevaría media hora encima de la moto cuando se ha puesto a chispear. He pensado que eso iban a ser las “light showers”, así que no me he preocupado. El chispeo ha pasado a lluvia, y la lluvia a diluvio. Como ya soy perro viejo, y he metido la pata a lo largo de este viaje en varias ocasiones, esta vez, en cuanto he visto que la lluvia empezaba más en serio, me he parado, me he metido bajo techo y me he puesto en modo lluvia extrema. Si dejaba de llover bien, así iba también más calentito, y si continuaba lloviendo, al menos me pillaba preparado. He vuelto a arrancar, ha seguido lloviendo y no ha dejado de hacerlo durante por lo menos 300 kilómetros. Mi famoso amigo Morgan, si hubiese estado en mi lugar, habría parado, habría esperado a que pasase la tormenta y luego hubiese seguido con un sol radiante hasta el final de la etapa. Pero yo, no tengo esa paciencia y yendo despacio no me importa que me llueva. El problema es que ha llovido muchísimo y encima hacía frio.

La verdad es que ir en moto con lluvia es un infierno. No es porque te vayas a mojar, sinceramente estoy alucinado con el traje de moto que tengo, me han llovido fácil cinco horas sin parar, y cuando he llegado al motel y me lo he quitado, estaba seco por dentro. El problema es que la visera del casco se te moja, se te empaña y se te todo, no se ve un carajo, y es incomodísimo. Para que no se empañe tienes que abrirla un poco, con lo que te hielas y te empapas la cara… vamos, el paradigma del confort. Y lo de no ver, además de que es una putada, cansa un montón. La concentración que tienes que tener es el triple de la habitual y acabas cansado, al menos yo.

Cuando he parado, también he hecho un apaño para evitar que se me mojen las manos. He puesto un par de bolsas de plástico en las manetas de la moto, las he sujetado con cinta de embalar, luego les he hecho un corte para poder meterlas y al final, me han quedado una especie de patuquitos para manos la mar de operativos. Los guantes que tengo son buenos pero al final, con tanta lluvia se acaban mojando, así que si puedes librarles de la mayor cantidad de agua, mejor.

He ido más o menos bien, una, dos, tres horas… Cuando ya iba por la cuarta, he empezado a tener algo de frio., y en la quinta, ya estaba helado. Al final he decidido parar antes de mi destino final porque yo creo que estaba sufriendo una hipotermia. Iba por la carretera destino a Portland, todavía quedaban unos 50 kilómetros y no podía más. He visto un cartelito de esos que anuncian un motel y de cabeza me he tirado. Cuando he llegado, no he bajado ni el equipaje, lo primero que he hecho ha sido meterme debajo de la ducha con agua caliente. No exagero si me he tirado 15 o 20 minutos, simplemente debajo del agua para ver si entraba en calor. No es que haya hecho mucho frio en la excursión, yo creo que estaría entre los 8° y 10° pero al final he empezado a tiritar y no había manera de parar.

Es una lástima que haya hecho tan malo porque la excursión y el paisaje prometía pero ver, ver, he visto lo que he podido a través de la visera. De hecho, creo que hoy he hecho una foto. Ha sido en un momento que ha dejado de llover y parecía que se abría el cielo, he parado a mirar el mapa y de paso es sacado una foto, por el hecho de al menos sacar una!!

Las brujas de Salem?

Estoy un poco de bajón y no sé muy bien el porqué. Dudo si es porque como me he congelado también se me ha helado el ánimo o si es porque, de alguna manera, el viaje está a punto de acabar y ahora mismo estoy pensando algo así como: - ¿y ahora qué? En teoría me quedarían dos días de viaje. En mi plan original tenía pensado ir a visitar lo que se conoce como “Olympic Peninsula”, que como su nombre indica es una península en las proximidades de Seattle, de la que he oído hablar bien, y ya que estoy aquí… Pensaba acabar en Seattle y al día siguiente concluir mi viaje. Pero la verdad, después del día de hoy, se me han quitado un poco las ganas y por otro lado, teniendo de alguna manera “la meta” tan cerca, me ha entrado una especie de ansiedad por “acabar” ya. O mucho cambia mi estado de ánimo de aquí a que me despierte, o me parece que finalmente mañana va a ser mi último día de viaje. Por un lado estoy pensado: -va coño Álvaro, si es un día…, pero por otro lado pienso: - ya está bien hombre, ya has visto bastantes cosas y Seattle en concreto la has visto setenta veces.  Para ponerme excusas y pensar que lo de terminar mañana no es tan malo, la rueda trasera está en las últimas, está lisa, lisa, no se ven las fibras aún pero no está para muchas alegrías, así que cuanto menos toque las pelotas, mejor será. Por otro lado tengo la sensación de que un viaje de este estilo necesitaría tener un “grande finale” pero la verdad es que no se lo encuentro y estoy un poco… así…

Como no todo puede ser malo, el día se me ha endulzado un poco al final. Como cuando he llegado al motel mi obsesión era entrar en calor, no me había fijado que justo al otro lado de la autopista había un mega outlet con ciento cincuenta millones de tiendas. Cuando ha dejado de llover, me he animado a cruzar el puente y para allá que me he ido. No ha estado mal, tenía unas cuantas tiendas molonas y me hubiese encantado salir de allí cargado de bolsas como Julia Roberts en Pretty Woman…, pero es que no tengo dónde meterlas. Me he comprado un pantalón y un jersey para al menos poder cambiar de modelo después de llevar lo mismo durante más de dos meses.


El colofón final ha sido que cuando volvía a cruzar el puente sobre la autopista camino de mi motel, a lo lejos he divisado la señal luminosa de un lugar llamado Dairy Queen. ¿Y qué es Dairy Queen? Pues se trata de una cadena norteamericana más de comida rápida, que tiene una mezcla entre hamburguesas y comida mexicana pero que también está especializada en helados, unos helados en concreto llamados Blizzard que a mi me vuelven loco. ¿Y qué tienen los Blizzard estos que me hacen perder el sentido? Pues la verdad es que son unos helados bastante ramplones, una mezcla entre nata y vainilla que no es para tirar cohetes pero, que tú puedes decidir ponerle un sabor extra, que puede ir desde galletas Oreo machacadas, M&M´s triturados… o como a mi me gusta, echarle Reese´s. Y te preguntarás, ¿y qué son los Reese´s? Pues son un especie de chocolatina que combina chocolate con mantequilla de cacahuete (peanut butter). El caso es que esa combinación del helado chungo con las chocolatinas esas trituradas, y todo mezclado, me vuelve loco. No es que yo sea un amante de la mantequilla de cacahuete, yo de toda la vida he sido más de Nocilla. Aquí no la tienen, una lástima, porque lo mismo con ese helado… La de guantazos que me he llevado yo por la Nocilla de las narices. Recuerdo que mi madre nos compraba a mi hermano y a mi botes de Nocilla de dos sabores. Mi hermano y yo teníamos predilección por la Nocilla blanca y nos convertimos en verdaderos cirujanos diseccionadores de colores. El primero que pillaba el bote, sin que se enterase el otro, le metía un buen viaje a lo blanco eso sí, sin tocar lo más mínimo lo marrón. Si tu veías un bote de esos en mi casa, la parte blanca había sido como cortada con laser. Lo marrón, al final nos lo teníamos que comer, para que mi madre comprase más para poder así otra vez tener de la blanca. Hace un par de años o así, recuerdo que estando en el Carrefour, vi que los de Nocilla habían sacado un bote exclusivamente con la crema blanca. Del subidón que me entró, recuerdo que le saqué una foto, y se la mandé a mi hermano con el texto: -cuantas peleas nos hubiesen ahorrado!!! Joder, qué rollo he soltado!!! El caso es que me he ido al Dairy Queen, me he pedido un Blizzard con Reese´s XL y es lo que me he cenado. Después de tanto tiempo sin tomar uno, ha sido una especie de éxtasis!!! Será ese el “grande finale”???

Blizzard de Reese´s
La etapa del día I

La etapa del día II

1 comentario:

  1. ¡Ánimo Álvaro! La verdad es que voy a echar de menos la lectura de tu blog cuando termines este viaje

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