Y
hoy toca preparar la moto para el transporte. Como ya había dicho antes, para
transportar la moto ya sea por barco ya sea por avión, una condición
indispensable es la de tenerla que meter en una caja para transportarla. Creo
que ya dije que después de mucho mirar me compré una caja “desmontada”. Era una caja para meter la moto tipo IKEA,
sólo había que ensamblarla. En mi casa no tenía la “infraestructura” para
hacerlo así que tiré de la familia para hacerlo. Tengo un primo que es un
“ángel” al que convencí (utilizando el viejo truco de presentarme allí y a ver
quien es el valiente me dice que no…) para que me ayudase a montar la caja y a meter la moto
dentro. Primero lleve las piezas de la caja y después la moto. Tengo que decir
que a partir de ahora cada vez que diga “nos pusimos”, “hicimos”, “montamos”…
realmente debería decir “se pusieron”, “hicieron”, “montaron”…
Mi primo y su hijo (por ende mi primo segundo) se pusieron manos a la obra y he de reconocer que creo atornillé un tornillo y eso sí, até bien la moto con cuatro cinchas. El resto… lo hicieron ellos absolutamente todo. Como creo haber dicho en una ocasión este viaje me lo “sponsorizo” yo por completo pero realmente ellos me han ayudado muchísimo y sin ellos todo hubiese sido muchísimo más costoso. El caso es que montamos la caja, estibamos la moto, cerramos la caja y la dejamos lista para llevarla al aeropuerto el lunes por la mañana que era el día que había quedado con el de la empresa de transporte para entregarla.
Solo unos pequeños consejos por si alguno quiere hacer una gilipollez como la que se me ha ocurrido a mi de mandar una moto en una caja. En primer lugar, si os hacen la caja, cercioraros de que se cumplen las medidas que habéis especificado. La mía era algo más grande de lo que les dije. Eso está muy bien porque la moto entró sin tener que desmontar nada y cuando llegase a Buenos Aires sería sacarla de la caja y tirar pero, cuanto más volumen, más se paga!!! Por otro lado, cada centímetro de más de madera es peso y eso también se paga. A toro pasado si lo hubiese sabido y hubiese tenido el tiempo y no utilizando el tiempo de los demás, me hubiese dedicado a hacerle seiscientos mil agujeros a la caja para “quitarle peso”. La habría dejado como un queso de Gruyere para quitarle el mayor peso posible (dejando por supuesto la consistencia). Ese peso se paga y se paga muy caro.
Estibado de la moto |
Mi primo y su hijo (por ende mi primo segundo) se pusieron manos a la obra y he de reconocer que creo atornillé un tornillo y eso sí, até bien la moto con cuatro cinchas. El resto… lo hicieron ellos absolutamente todo. Como creo haber dicho en una ocasión este viaje me lo “sponsorizo” yo por completo pero realmente ellos me han ayudado muchísimo y sin ellos todo hubiese sido muchísimo más costoso. El caso es que montamos la caja, estibamos la moto, cerramos la caja y la dejamos lista para llevarla al aeropuerto el lunes por la mañana que era el día que había quedado con el de la empresa de transporte para entregarla.
Solo unos pequeños consejos por si alguno quiere hacer una gilipollez como la que se me ha ocurrido a mi de mandar una moto en una caja. En primer lugar, si os hacen la caja, cercioraros de que se cumplen las medidas que habéis especificado. La mía era algo más grande de lo que les dije. Eso está muy bien porque la moto entró sin tener que desmontar nada y cuando llegase a Buenos Aires sería sacarla de la caja y tirar pero, cuanto más volumen, más se paga!!! Por otro lado, cada centímetro de más de madera es peso y eso también se paga. A toro pasado si lo hubiese sabido y hubiese tenido el tiempo y no utilizando el tiempo de los demás, me hubiese dedicado a hacerle seiscientos mil agujeros a la caja para “quitarle peso”. La habría dejado como un queso de Gruyere para quitarle el mayor peso posible (dejando por supuesto la consistencia). Ese peso se paga y se paga muy caro.
Los kilómetros de la moto antes de embalar |
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