sábado, 31 de enero de 2015

31 de enero de 2015: El Calafate – El Chaltén - 380km - 8h

Cuando uno cena mucho… malo, cuando uno cena cordero… peor! Esta noche he tenido una noche toledana. Ya de por sí soy propenso a tener pesadillas (soy una alma atormentada) pues lo de hoy… Vaya nochecita madre mía!!! Me he despertado dos veces con mis propios gritos!!!! Eso ha hecho que se me pegasen las sábanas y al final he arrancado a las 10:00. El día hoy era corto en kilómetros así que me lo podía permitir.

He salido rumbo hacia el Glaciar Perito Moreno. El día ha aparecido un poco nublado pero a medida que avanzaba el día se iba despejando. No sé si también ayudaba el viento huracanado qué hacía, qué infierno. El caso es que he llegado a la puerta del Parque Nacional de los Glaciares y cual es mi sorpresa que no hay un precio fijo para la entrada, depende del país del que vengas pagas una cantidad u otra. Ole tus cojones la discriminación positiva!!! Que vienes de un país de pelados… te regalan la entrada, que vienes de España… 215 pesos argentinos, que vienes de Suecia (como mi amigo Morgan)… no quiero saber lo que te atizan. Pasado ese trámite he llegado al aparcamiento del parque, he dejado la moto y me he montado en una furgonetilla que te lleva a unas pasarelas desde las que se puede ver el glaciar. La verdad es que lo tienen muy bien montado y entre el montaje y que el lugar es ESPECTACULAR… la combinación es perfecta. 

Es la segunda vez que vengo a ver el glaciar, vine con unos amigos hace cosas de ocho años y me ha dejado tan impresionado hoy como entonces. Mira que creo haber visto unas cuantas cosas ya, pues sinceramente creo que este sitio es uno de los mas chulos que he visto. He estado unas dos horas dando vueltas por las pasarelas que suben y bajan y te permiten ver el glaciar desde distintos ángulos y distintas alturas. La verdad es que cuando he llegado había hordas de personas pero con el tiempo se ha ido despejando. Es curioso como muchas de las personas que han pasado por allí estaban más pendientes de hacerse una foto con el glaciar al fondo, un famoso “selfie” con los palitos estos que venden ahora que alejan la cámara o panorámicas con el iPad para luego verlo en casa. Coño, mira ahora y luego en casa lo ves por internet!!! Pues nada, no sin mi foto. En el fondo creo que todos hemos caído en eso, en esa especie de consumismo del turismo que consiste en ir, sacarte la foto de rigor, con esto del wasap mandárselo a los compañeros de oficina para alegrarles la mañana y pirarte. Cuantas más fotos tengas de sitios cañón, mejor y más si están lejos… Pocos amigos (me incluyo yo también) me han enviado una foto un día debajo del “oso y el madroño” con el texto de: - donde estoy? Eso sí, he recibido fotos rodeados por tiburones, saltando de paracaídas, desde el Angkor Wat y hasta haciendo guarradas.

Glaciar Perito Moreno

Después de esta reflexión sociológica, acabé mi visita al Glaciar Perito Moreno (ojo que yo también he sacado mis fotitos killer) y puse la proa hacia el Chaltén. El Chaltén es un pueblo de nueva creación que está a los pies del Fitz Roy, una mole de piedra espectacular que le encanta escalar a todos los macarritas amantes del riesgo y que se encaraman en una pared en cuanto te das la vuelta. Como ya dije antes, aunque el día estaba despejándose, el huracán que soplaba era de aúpa. El camino ha sido realmente un infierno, además yo creo que el viento estaba contra mi porque hiciese lo que hiciese la carretera me daba siempre de lado. He ido casi 200 kilómetros escorado por completo, es increíble de veras la fuerza que tiene el viento, casi saco rodilla para poder seguir recto!!!!

Durante el camino me he cruzado con varios ciclistas que estaban haciendo el mismo camino que yo en uno o en otro sentido. Lo curioso es que en la semana que llevo de viaje me he cruzado no con uno ni con dos sino con fácil una treintena de ciclistas. Sinceramente no entiendo cómo han podido elegir tan mal el sitio para venir a montar en bicicleta. Vale que los sitios para ver son chulos, las Torres del Paine, el Perito Moreno… pero las distancias entre uno y otro son enormes y el paisaje es bastante yermo y sobre todo ventoso. Desde luego me quedo con esto comparado al infierno de la Ruta 3 desde Buenos Aires a Usuhaia pero aún así… ¿no hay sitios mejores para ir a montar en bici? De veras que me dan pena.  A medio camino uno que estaba en la cuneta me ha hecho señales para que parase. Se había quedado sin agua y me ha pedido la mía. Era un francés que llevaba además de la bici un carrito. Me he parado un rato a hablar con él, me he sincerado y le he preguntado en qué estaba pensando cuando eligió el destino. Él mismo estaba apesadumbrado y decía que no sabía muy bien porqué. El tipo lleva desde julio montando en bici, según me ha contado antes vivía en Copenague, se bajó en bici hasta Madrid visitando a varios amigos por el camino, luego cogió un avión hasta Montevideo y desde allí hasta Trelew (un poco más abajo de Puerto Madryn) donde decía que había acabado hasta el moño del tedio y del viento y había cogido un avión hasta Ushuaia. Desde allí había venido hasta aquí pero seguía igual de quemado y estaba deseando pasarse a Chile para seguir la Carretera Austral que según parece es preciosa, no hace tanto viento aunque creo que llueve un montón. Yo en concreto prefiero la lluvia al viento, él también. La verdad es que después de hablar con el tipo este, creo que todos con los que me he cruzado deben de tener alguna tara o ser los típicos raritos porque venirse hasta aquí… Qué fuerza de voluntad!!! Después de rajar un buen rato con el francés y de compartir mi chocolate (casi me come la mano cuando le he ofrecido la última onza) he seguido camino hasta el Chaltén.

El Chaltén

Como ya dije antes, este es un pueblo de más o menos reciente creación que empezó siendo el campo base de todos los que suben al Fitz Roy y ahora se ha convertido en una especie de Tarifa alpina (mejor dicho andina) El pueblo tiene cuatro calles pero está lleno de sitios buen rollito, lleno de mochileros y de una especie de perro-flautas alpinos (andinos, perdón, andinos) aunque no faltan los turistas jubilados japoneses. Estoy escribiendo esto desde una especie de café mezcla entre chill-out y refugio de montaña (sólo falta el típico mazaó que se hace ciento siete dominadas agarrado solo de los pulgares) lleno de “locales” con mirada de malote. Mira que con la melena y la barba esta de tres pelos que tengo intento mimetizarme pero no hay manera, me tienen calaó. 


Voy a ver si consigo engañarlos y hablo con alguien, a ver que me cuentan. Esta ha sido la crónica de hoy.

La etapa del día


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