Hoy
he hecho los deberes y me he levantado pronto. Al contrario que ayer que me
costó salir de la cama hoy no me ha dado tanta pereza. Lo mismo es que se me
está acostumbrando el cuerpo a la moto, lo cierto es que ayer acabé menos
cansado que el día anterior y hoy algo menos que ayer si bien es cierto que hoy
he hecho casi 150km menos. El día ha sido bastante coñazo, la verdad es que no
dudo que Argentina sea preciosa pero por ahora lo que he visto me lo podía
ahorrar. La famosa Pampa o lo que sea que me estoy tragando es infumable,
kilómetros y kilómetros de planicie, con rectas interminables con un paisaje
árido donde los haya. El primer día se veía algún árbol pero juraría que hoy no
he visto ni uno. Si ayer me sorprendía de las interminables rectas hoy han
batido el record. Juraría que he recorrido una recta de más de 150 kilómetros.
La verdad es que viajar en moto así es un verdadero tostón. Lo entretenido de
la moto son las curvas, el paisaje… pues aquí ni una cosa ni la otra. Hoy al
menos respecto al día de ayer he visto algo de fauna. Hay un montón de pájaros
parecidos a las perdices, bastante más pequeñas y que desconozco si vuelan o no
porque lo que es verlas volar no las he visto, eso sí se pasan el día cruzando la carretera.
También he visto una especie de avestruz talla S, (podría buscar en Google como
se llaman y todo eso pero la verdad es que me parece más descriptivo y menos pedante lo de la
talla, que nombrarla por su nombre) de hecho he visto dos y a uno casi me la como. Estaba medio mimetizado con el terreno así que cuando me estaba fijando
en el otro que si que lo había visto este, con el ruido de la moto o algo ha
hecho por cruzar, gracias a dios iba despacio porque estaba viendo al otro pero
le he pasado relativamente cerca. Por la velocidad que llevaba creo que ni a él
ni a mi nos hubiese pasado nada pero zamparse un pájaro de semejante tamaño
seguro que no hubiese molado mucho. Además de pájaros de varios tamaños, he
visto una especie de vicuñas (creo que son más pequeñas que las llamas) y
también he visto un par de armadillos. Una de las veces me he parado, he
visto uno de cerca y la verdad es que son muy curiosos, lástima no haber tenido la
cámara de fotos a mano. A pesar de que esto pueda parecer un documental de
Felix Rodríguez de la Fuente, la verdad es que esas han sido las mayores
atracciones del día. De las 8 horas de moto que me he metido, ha estado bien
ver a los animalitos y el último trozo de carretera hasta llegar a Caleta Oliva
que va pegado al mar y eso… siempre está bien. El resto me lo podría haber
saltado. Una vez más, espero que Ushuaia merezca la
pena, si no creo que me voy a arrepentir de haber bajado hasta allí abajo. Como
me coja por banda alguno de los lugareños me va a matar pero de verdad que esta
zona es infumable.
Hubiese
podido suavizar el periplo hasta aquí habiendo visitado la Península Valdés, la
lástima es que en esta época del año según parece poco hay que ver. Ayer estuve
hablando con un tipo que decía ser guía para una agencia y me contó que en esta
época del año las ballenas no están, las orcas están al llegar y que solo se
pueden ver seguro colonias de pingüinos. Creo que también se pueden ver leones
marinos pero estos también están llegando (de ahí que las orcas no estén por
aquí).
Paisaje
no he visto, animales pocos y lo que casi veo hoy ha sido las orejas al lobo. ¿Y
qué es lo que ha pasado? Pues que estando de camino entre Trelew y Comodoro
Rivadavia, he pasado una gasolinera, llevaba ya 200km desde que había llenado
el depósito, el indicador de la moto marcaba que se había consumido una de las
6 rayas que tiene y pensé: - bah, echo luego gasolina! Ayudó a mi pensamiento
el hecho de que en la gasolinera había una cola de pelotas para echar. Entre
que no me apetecía comerme la cola y que aparentemente tenía gasolina de sobra
seguí feliz como una perdiz mi camino. A los 500 o 1.000 metros de haber pasado
la gasolinera había un cartel que decía: No más combustible hasta dentro de
160km. La lectura de ese cartel me hizo dudar por un momento pero pensé: -
hombre, con lo que me queda de depósito… 160 kilómetros hago. No habían pasado
5 kilómetros de la gasolinera cuando la segunda rayita de combustible
desapareció. Dudé otra vez y pensé: a ver si no vas a tener suficiente!!! Te
das la vuelta y te aseguras? Y por otro lado me dije: - Qué pereza la cola,
seguro que llego… Así que continué. Empecé a hacer integrales triples con el
hipotético consumo de gasolina de la moto, la capacidad del depósito, lo que
consume mi coche habitualmente, lo que podría consumir esta moto… Haciendo
cálculos e hipótesis y sin dejar de mirar una y otra vez las rayitas y los
kilómetros que me quedaban hasta los 160 de marras, al poco otra de las rayas
desapareció. Casi me da un síncope, me quedaba medio depósito y unos 110
kilómetros por hacer. No dejaba de pensar que medio depósito para hacer esos
kilómetros era suficiente pero las dos rayitas anteriores habían desaparecido
tan deprisa que ya dudaba de todo. En mi línea de no calcular un carajo ya no
sabía si estaba más cerca o mas lejos de la próxima gasolinera o de la última
que había visto, había pasado el punto de “no retorno”. Me estaba viendo ya,
tirado sin gasolina, en medio de la estepa siberiana, congelado durante la
noche (creo que hacía fácil 30°) y comido por un armadillo (al que le había
estado antes tocando las bolas persiguiéndolo por la maleza) Reduje la velocidad,
pasé de ir a una media de 100-110 a ir a 70. Pasar de 110 a 70 seguramente que
baja el consumo de la moto pero lo que hace también es incrementar
exponencialmente el tiempo de agonía. Cada kilómetro que pasaba era estar más
cerca de la próxima gasolinera y más lejos del armadillo asesino. Cuando
faltaban unos 90 kilómetros fue cuando entré en pánico, la penúltima de las
rayitas desapareció y en teoría me quedé en reserva. Ahí ya si que empecé a
hacer calculo diferencial, no me veía capaz de hacer 90 kilómetros en reserva.
Había leído en el manual que la reserva de la moto era de casi 6 litros pero mi
desconocimiento de lo que realmente consume esta moto me estaba matando. Para
más inri soplaba un viento de cara increíble que me frenaba un montón y que hacía
que para ir a 70 tuviese que llevar la moto más revolucionada de lo habitual.
Los kilómetros no pasaban, iba sintiendo como la moto se iba chupando gota a
gota la poca gasolina que me quedaba y me veía más tirado que una colilla en la
cuneta. No pude resistir más y recurrí al viejo método que solía utilizar en
mis años mozos para calcular cuanta gasolina me quedaba en la moto. Paré, abrí
la tapa del depósito y escuché a ver cuanta gasolina había. La verdad es
que el sonido me tranquilizó, sonaba un
montón y pensé: - joder, no puede estar fundida la reserva. El problema es que
quedaban aún 60 kilómetros. Cuando volví a arrancar justo pasó delante de mío
un camión cisterna (que impotencia, toda esa gasolina ahí y yo sin una gota)
así que pensé que si me ponía a rebufo suyo tipo ciclista, podría ahorrar algo.
Raudo y veloz me puse detrás del camión. La verdad es que a punta de gas iba a
casi 90 eso sí, metía unos bandazos de alucinar con la turbulencia que
generaba. Anduve así unos kilómetros hasta que el camión, no sé si mosca porque
no le adelantaba e iba muy pegado o porque sencillamente tenía que parar, se
echó a un lado y me dejó otra vez sólo ante el peligro, el viento. Quedaban
unos 35 kilómetros, la verdad es que la ultima rayita de la gasolina seguía
allí pero los kilómetros no pasaban. Cuando faltaban unos 20 kilómetros volví a
parar para hacer una comprobación más. Meneo a la moto y la verdad es que seguía sonando
como que había bastante gasolina así que, de alguna manera me relajé pues pensé
que ya era imposible quedarme tirado. Además ya se empezaba a ver civilización
con lo que de quedarme tirado alguien me salvaría. Finalmente llegué a la
gasolinera, la rayita seguía ahí, llevaba 380 kilómetros desde que había
repostado y cuando paré aún sonaba gasolina dentro del depósito.
Sinceramente
no sé como está calibrado el sistema de
la gasolina en esta moto, al principio las rayas duran un montón, luego
desaparecen a la velocidad de la luz para que te de un paro cardiaco y la
última dura hasta el infinito. He aprendido la lección, la próxima vez paro en
la gasolinera haya la cola que haya y por si acaso ya he mirado donde hay
gasolineras en la etapa de mañana.
Etapa del día |
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