Estaba
a punto de ponerme a escribir la crónica del día cuando me ha surgido un
contratiempo digamos importante. Mi idea inicial era viajar mañana a Medellín,
visitarlo y al día siguiente viajar hasta Cartagena de Indias para estar allí
relajadito dos días hasta coger un ferry hacia Panamá. En teoría el jueves
salía el ferry por la tarde para llegar a Panamá el viernes por la mañana. He
hecho esta tarde la reserva por internet y hace unos minutos me ha llegado un
correo electrónico diciéndome que los jueves no “transportan” vehículos y que
solo lo hacen los martes. Así que he tenido que cambiar todos mis planes. Por
lo pronto acabo de palmar la pasta de los dos hoteles que había reservado tanto
en Medellín como en Cartagena. Eso pica pero no sé si me va a picar más el
palizón de moto que me voy a tener que meter mañana. Desde Manizales a
Cartagena son a priori 843km por carreteras colombianas. Según Google Maps son
15h de viaje así que ahora mismo tengo el cuerpo guapo.
Pensaba
escribir mi crónica sobre el día de hoy pero reconozco que ahora mismo estoy un
poco descolocado. Por un lado estoy jodido de cojones porque pienso en la
matada de moto que me voy a meter mañana y se me abren las carnes. Por otro lado
mi plan se ha trastocado por completo. Quería visitar Cartagena
y no lo voy a poder hacer y cuando llegase a Panamá tenía pensado encontrarme
con un amigo que vive allí y pasar con él el fin de semana. Llegando un
miércoles, él no está en la ciudad. El plan con mi amigo lo reharé pero…
reconozco que esto me ha dejado tocado. Gracias a dios que al menos me han
contestado, si llego a presentarme en el puerto de Cartagena el jueves y me
dicen que hasta el martes no puedo salir me hubiese dolido bastante más.
A
ver cómo consigo reponerme de esto y hacer una faena de alivio. La verdad es
que hasta que he recibido el correo estaba bastante contento. Me está gustando
Colombia la verdad. No es que esté viendo nada en particular pero me está gustando. Por ejemplo, Popayán donde me quedé ayer.
Sin ser pesado vuelvo a decir que quizás lo mejor de Colombia son los
colombianos. Hoy he tenido tres situaciones buenas. La primera me ha ocurrido
en una obra de carretera en la que sólo había un carril y el paso estaba
cortado. El chaval que estaba controlando el corte del tráfico, mientras estaba
parado se ha acercado y se ha puesto a darme palique. Hemos hablado un ratito y
en una de estas me ha soltado si había probado un dulce que estaba vendiendo un
chavalín que andaba por allí. Yo le he dicho que no, él me ha dicho que estaba
bueno y que comprase unos pocos. He hecho por, pero el dulce costaba 2.000
pesos colombianos (0,70€) y yo sólo tenía dos billetes de 50.000 pesos (19€).
El chavalín no tenía cambio y cuando ya se iba a ir, el chico de la obra ha
dicho: - no te puedes ir sin probarlos. Así que ha sacado la cartera, le ha
dado los 2.000 pesos al chavalín y me ha dado los dulces. La verdad es que se
me ha roto el corazón y casi me hecho a llorar. Al final ha tenido que abrir el
carril que tenía cortado para nosotros y nos hemos despedido (yo con lágrimas
en los ojos)
He
continuado mi viaje y otra de las situaciones que he tenido con colombianos ha
sido a la hora de comer. Estaba ya con hambre y tenía pensado parar cuando he metido el acertón del día. Ha sido en un restaurante de carretera
que tenía buena pinta, además de por el look, porque había varios coches
aparcados en la puerta. Y efectivamente cuando el río suena… Ha resultado ser
un restaurante al que van los colombianos los domingos y ha estado
fenomenal. Además de la comida al final he acabado sentado en la mesa de una
pareja de colombianos con los que empecé a hablar de mesa a mesa y para
“acortar las distancias” he decidido mudarme a la suya. Hemos rajado largo y tendido
toda la comida y sobremesa... ha sido magnífico.
La
tercera situación ha sido que llegando a mi destino, Manizales, entrando en la
ciudad, me he parado como hago siempre para echar un vistazo a las fotos que
hago de la ubicación del hotel sacadas de Google Maps por la mañana antes de
salir del hotel, para así luego poder ubicarme en el lugar de mi destino.
Mientras estaba intentando ver dónde estaba, se me ha acercado otro motorista y
me ha preguntado si necesitaba ayuda. Le he dicho que buscaba cierta dirección,
parece ser que la conocía y me ha dicho que le acompañase. Me ha dejado en la
puerta del hotel y si no lo hubiese hecho, hoy por la fisonomía de la ciudad,
hubiese dado unas cuantas vueltas. Después de llegar al hotel nos hemos quedado
un buen rato rajando en la puerta sobre motos, Colombia, España para acabar
hablando de la explotación laboral en los países subdesarrollados.
Así,
con gente como esta, ¿cómo no va a estar uno contento? Estos tíos son
cojonudos, igualitos, igualitos, igualitos que mis queridos amigos bolivianos.
Además
del buen karma con el que he estado todo el día, lo cierto es que a lo largo del día he visto unas cuantas cosas curiosas. Desde camiones kilométricos,
gente haciendo ejercicios espirituales en la carretera,
carreteras muy peculiares,
cruzado "ríos"
y hasta me he librado de una chupa de cuidado. Me ha faltado ver esto...
Cómo será??? |
He pasado también por el que llaman “eje cafetero” y el
paisaje es espectacular, o al menos me lo ha parecido a mi. Sólo me ha faltado
cruzarme con Juan Valdez o en su defecto, atropellar a su burrito.
Café |
Por
otro lado los colombianos son unos tipos espabilados. Si algo he visto en este
viaje han sido obras. Hay millones de obras de construcción de carreteras y es
muy habitual que haya cortes en la carretera en los que primero pasan unos y
luego otros. También es muy habitual, al menos en lo que he visto de Sudamérica,
que haya un montón de vendedores ambulantes en las cunetas de las carreteras o
en algunos semáforos. Pues bien, en Colombia han mejorado el método y en todos
los cortes de carretera hay una legión de vendedores ofreciendo todo tipo de
productos. Y la gente compra!!! Son unos máquinas estos tíos, fijo que han importado
la idea de Bolivia.
Y
por último, porque sigo con el sofocón y no se me pasa, algo de lo que también
me he percatado es que la globalización ha llegado a todas las partes del
mundo. Yo pensaba que el único que cortaba todos los domingos La Castellana
para organizar todo tipo de eventos desde carreras populares, vueltas
ciclistas, carreras de caballos o exhibiciones de Formula 1 era Gallardón, pero
parece ser que el tipo ha exportado el método y los cortes también los hacen
hasta en los pueblos más remotos de Colombia. Cuando salí de Lima (también en
domingo) me fijé que la calle principal de Miraflores estaba cortada para no sé
qué sarao ciclista, pues hoy el centro de Popayán estaba cortado para un sarao
deportivo multidisciplinar dónde he visto desde patinadores en línea,
ciclistas, halteras y reinas del aerobic.
También
tengo que decir que la afición que hay al ciclismo en Colombia es brutal. Hoy
en la carretera había más ciclistas que el carril bici de Colmenar un domingo,
y mira que hay. Estoy convencido que hoy me he cruzado con el próximo Lucho
Herrera. Además son más chulos que la leche y aquí todas las bicicletas son de doble suspensión.
Ojo, ciclistas!!! |
¡Ánimo, Álvaro! Es una putada que se te trastoquen los planes de esta manera, pero alguna vez te iba a pasar... De momento llevabas el itinerario previsto casi al pie de la letra, ¿no? De todas formas, yo si fuera tú aprovecharía para hacer la paradita de un par de días en alguna playa chula de Panamá, que seguro que son tanto o más bonitas que las de Cartagena! Por lo que tengo entendido el centro histórico es precioso, pero las playas no son nada del otro mundo, a menos que te vayas a unas islas que hay enfrente. Lo que no sé es si los panameños serán tan majos como los colombianos, que por lo que cuentas son la bomba. ¡Así da gusto moverse por el mundo!
ResponderEliminarAlvarito, aprovecha para conocer Contadora o las islas de los indios Cuna. Y en City pasate a ver a Codinón!!
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