6 de marzo de 2015 - Ciudad de Panamá – Ciudad de Panamá – 5km – 24h

Hoy el día ha tenido dos partes, por la mañana he hecho lo mismo que ayer, o sea, nada. He dedicado parte de ese tiempo de no hacer nada a replantearme mi itinerario por México. Con la mala prensa que tiene y tras varias advertencias que me han hecho, me están dando ganas de cruzármelo del tirón en un día. Como eso no va a poder ser posible, estuve dándole vueltas a los posibles caminos alternativos por dónde pasar. Espero no meter la pata y acabar cruzándome con el Chapo Guzmán en una gasolinera.

A medio día fui a recoger la moto de la revisión. No sé cómo me la habrán hecho. Cuando ayer dejé la moto en el concesionario no me quedé tranquilo del todo. Me dijeron que ellos se dedicaban a vender motos y un poquito a “mecánica básica” (malo) y me preguntaron si tenía por ahí el manual de la moto para así saber qué cantidad de aceite de motor llevaba (malo, malo). Además de la revisión, les pedí si podrían limpiarme un poco la cadena, engrasarla, tensarla… El tipo dijo a todo que sí, pero por la explicación que me dio, lo que iban a hacer era echar un producto en la cadena para quitarle la suciedad y posteriormente un poco de aceite tres en uno. Para eso ya se lo hacía yo!!! Además me estaba temiendo que iban a meterme un estacazo bueno. Cuando me dieron el presupuesto y me quejé del precio, me dijo: -bueno, te haré un descuento en las piezas, en la mano de obra no puedo. Me aplicó un descuento del 2%!!!! Se hernió el tipo. En Chile me atizaron 115€ por literalmente cambiarme el aceite y el filtro (el resto ni lo tocaron porque estuve viendo cómo lo hacían) y aquí al final me han arreado otros 149$ por hacer exactamente lo mismo y sabe Dios si lo han hecho bien. Cuando llegué a por la moto empezaron a explicarme lo que le habían hecho. Mucha verborrea para justificar que no habían hecho nada. Cuando me dijo que también le habían cambiado la bujía supe que era todo un paripé. Para cambiar la bujía de esta moto hay que desmontar media moto y no les veía yo a estos haciéndolo. Cuando finalmente me dieron la factura definitiva, también me dieron un spray de aceite de cadena y otro para limpiar los discos de frenos!!! Cuando le pregunté, me dijo que el mecánico había notado no sé qué y que era necesario aplicarlo. Cuando le dije que llevaba 19,000 kilómetros encima de la moto, que no había notado nada y que la moto frenaba perfectamente, al tipo le entró por un oído y le salió por el otro. Spray que me largó y por supuesto que tuve que pagar. Me he dado cuenta de que los panameños tienen una capacidad alucinante para ignorar aquello que les dices, les digas lo que les digas, les da exactamente igual, ellos siguen a lo suyo. Luego empezaron a  cambiar de tercio, a preguntarme que de dónde venía, que si menudo champion estaba hecho para viajar solo, que dónde iba a viajar después… todo para intentar distraerme de mi obsesión que era el estacazo que me estaban metiendo. Al final hasta se empeñaron en sacarse fotos conmigo, rodeado de todo el staff de la tienda. 

Con el staff del concesionario

No me quedó otra que rendirme, resignarme y decir: venga, va, me la habéis clavado. Espero por lo menos que me hayan cambiado el aceite. Si no lo han hecho, espero que el aceite viejo me duré otros 7.000 kilómetros hasta que llegue a EE.UU y haga una revisión en condiciones. La cadena que dije que me limpiasen, se limitaron a echar aceite tres en uno a lo bestia y está completamente impregnada. Vaya limpieza, la madre que los parió!!! Visto lo visto, y mira que nos quejamos de España, me quedo con mi taller de Madrid. Siempre que he ido me han hecho bien las cosas y no me han metido los sablazos que me están metiendo aquí. Aprovecho para meter un poco de publicidad, el taller se llama Moto Mercado, el encargado se llama Javier y está en la calle Infanta Mercedes, 70.

Por la tarde por fin apareció mi amigo Jesús. Le conozco desde hace por lo menos 25 años. Siendo yo pequeño, mis padres compraron un chalet en una urbanización llamada Puente Viejo. Allí pasábamos los veranos y Jesús era uno de los amigos de la pandilla. Aunque era mayor que yo, en esa época, las pandillas eran multi-edad y nos juntábamos todos con todos. La verdad es que era un poco quemasangres, no se me olvidará que tenia una colección de geypermanes, y nos hacía pagarle una peseta de las de entonces para que pudiésemos verle cómo jugaba con ellos y por supuesto, de tocar y poder jugar nosotros con los geypermanes, ni hablábamos. Fuimos creciendo, seguimos manteniendo la amistad y hasta hoy. Actualmente vive en Panamá y aprovechando que pasaba por aquí… adobado en su casa que me voy a pasar 6 días.

Fue también en Puente Viejo dónde empezó mi gusto por las motos. La verdad es que no recuerdo si fue allí donde me picó el gusanillo o si ya estaba envenenado, pues mi padre siempre montó en moto. Que yo recuerde tuvo una Sanglas, varias Vespas, una Jawa y una Yamaha XS 400 que mi hermano y yo fundimos cuando nos sacamos el carnet. Imagino que si tú montas en moto, es complicado decirle a tus hijos que no lo hagan, así que cuando empezamos a abrir la boca diciendo que queríamos montar en moto, mucha oposición no encontramos. Otra cosa muy distinta fue el tener una. Tardamos mucho tiempo en tener nuestra primera moto. Quejarse de que montásemos en moto mi padre no se quejaba, pero comprarnos una… en eso mi padre actuó como lo hacen los panameños... Recuerdo que los primeros que tuvieron moto de mis amigos de Puente Viejo fueron Jandri y Vicen. Sus padres les compraron una Bultaco Chispa y una Cota 25 respectivamente y recuerdo que todas las tardes del verano, después de subir de la piscina las sacaban un rato. Ellos montaban y nosotros mirábamos con ojos golosones. Yo creo que aprendí a montar en moto mirando, lo juro. Después más amigos míos fueron teniendo moto, realmente fueron heredándolas de sus hermanos mayores, y mi hermano y yo seguíamos sin ella. Finalmente, gracias a un amigo de mi padre que nos regaló una Peugeot 103 roja, vimos nuestro sueño cumplido. La moto aunque era antigua, estaba bastante bien, la suspensión delantera no amortiguaba pero eso a mi hermano y a mi nos dio igual. Recuerdo aún como si fuese ayer que el primer día que la tuvimos, mi hermano, por ser mayor que yo, fue el primero que la cogió y dio una vuelta a la manzana. Cuando volvió para dejármela, no se me olvidará que dijo: - date una vuelta a la manzana y vuelve. Mi vuelta se alargó y hasta que la moto no entró en reserva, no volví. Hice, y me acuerdo perfectamente, 83 kilómetros dando vueltas por toda la urbanización, por supuesto sin pasar por delante de mi casa. Cuando volví, fue poner el caballete de la moto y me metió mi hermano tal guantazo que todavía me duele. El guantazo me lo quedé pero la vuelta también. Después de muchas súplicas mi padre nos volvió a comprar gasolina y pudimos seguir dando vueltas ese fin de semana. No sé exactamente cuánto más tarde, otro amigo de mi padre nos regalo otra moto, esta vez fue una Mobilette roja. Aunque viviendo de regalos, el tema era tener moto y ya teníamos una cada uno. A partir de entonces comenzaron mis singladuras motociclísticas y mira dónde he acabado. Creo que de los mejores recuerdos que tengo de mi infancia, además de los veranos que pasaba en Puente Viejo, fueron las excursiones que nos hacíamos en moto mis amigos y yo. Nos pasábamos el día yendo por los caminos de la zona, echando carreras entre nosotros, guerras con unos remos de plástico con los que nos atizábamos unos a otros estando encima de la moto y haciendo fechorías súper malignas por los pueblos de alrededor, que si se hubiesen enterado nuestros padres... Pasaron los años, la verdad es que no recuerdo si dejaron de funcionar tanto la Peugeot como la Mobilette pero cuando cumplí catorce años me acabé comprando, con los ahorros de todas las propinas que me daban mi abuela y mis tías, más algún de dinero que sacaba por mi cumpleaños, una Honda PX-R.  Aquello fue el climax!! La de kilómetros que le haría yo a mi PX y la de excursiones que hice con Juanma y su Variant, Óscar y su X30,  Javi y Quique y su Vespino, Jandri y su FD y Albertito y su RD2. Joder qué felicidad!!!! Cuando cumplí 16 años me llevé la PX a Madrid y desde entonces no me he bajado de la moto.

Vaya, creo que me he puesto nostálgico… Después de encontrarme con Jesús y de ponernos al día, contarle unas cuantas batallitas de mi viaje, él unas cuantas del suyo, nos metió a su mujer y a mi en el coche y nos llevó a dar una vuelta por toda la Ciudad de Panamá. Me enseñó todo de cabo a rabo y por la noche acabamos cenando en una zona llamada “Causeway” con Laura, otra amiga española, que también está trabajando en Panamá y que también veraneaba en Puente Viejo (somos una secta). Nos pasamos toda la noche contando batallitas de la infancia, cómo acabamos unos aquí y otros allí y la verdad es que pasé un muy buen rato.

Cena en familia

Así pues, día con la familia, en Ciudad de Panamá.