jueves, 12 de marzo de 2015

11 de marzo de 2015 – Jacó – La Fortuna – 174km – 3h45

Lamentablemente las cosas no salen como uno planea y hoy, una vez más, el día se ha acabado torciendo. Mi intención era acabar hoy en un sitio llamado La Fortuna. Hoy no tenía muchos kilómetros por delante, quería llegar pronto, dejar la moto y salir a hacer una excursión para ver un par de cosas que me habían recomendado pero… mi gozo en un pozo. Llegando a la Fortuna se puso a llover un poco, luego siguió lloviendo un poco más, después empezó a diluviar y al final han caído chuzos de punta. Me he tenido que quedar toda la tarde metido en el hotel porque fuera no había Dios que saliese. Un lástima, pero bueno, iré por partes, no todo ha sido lluvia.



Salí con la fresca del hotel y como mi hotel hoy no tenía desayuno, paré en un restaurante de carretera a desayunar. Algo que me tiene “obsesionado” no sólo en Costa Rica, sino en todo este viaje, es el precio de las cosas. Uno cuando piensa en Iberoamérica se imagina que los precios van a estar tirados, que con un par de euros al día vas a ser capitán general y lo cierto, o al menos esa es la sensación que he tenido a lo largo de todos estos días, es que eso no es así. Lo de Argentina y Chile, como ya dije en su día, me sorprendió muchísimo y encontré ambos países realmente caros. A ver, cuando digo caros no es que sean más caros que España pero hay muchas cosas que tienen precios muy similares y sin ser un economista consagrado, yo creo que en general los salarios en España son más altos que en Argentina y Chile. Eso me hizo preguntarme en su día cómo eran capaces tanto argentinos y chilenos de apañárselas con esos precios. Bolivia ha sido en único sitio de los que he visitado dónde realmente los precios son, comparándolos con España, mucho más baratos, el resto… Y ya cuando he llegado a Costa Rica, ha sido el colofón. Hoy por ejemplo he acabado pagando aproximadamente 7€ por el desayuno y ayer pagué 13€ por la cena. Tanto el desayuno como la cena fueron una especie de platos combinados, fui además a sitios normalitos, por lo menos los carteles no estaban en inglés y si bien es cierto que no son los precios del Bulli, yo juraría que en España se puede desayunar y cenar (en un sitio peleón) por unas cantidades muy similares o incluso menores. La gran duda que me surge es cómo hacen los costarricenses para llegar a fin de mes con estos precios. La gasolina, por ejemplo, vale un poco más de 1€ el litro. A ver, Costa Rica no tiene el mega parque móvil pero coches se ven y luego no es que haya tanta gente en bici, en moto o a pata como ocurre en otros países. Hoy he parado a comprar pasta de dientes en un supermercado y vale más barata en el Mercadona!! De veras no lo entiendo. A ver, aunque soy consciente de que a los turistas siempre nos atizan más de la cuenta, los precios del supermercado son los que son y, o esta gente hace como el pequeño lama de la película “El Chico de Oro”, que se alimentaba con una hoja de árbol al día, o no sé cómo lo hace.

Dejando a un lado mis elucubraciones económicas que a nadie le interesan, hoy camino de mi destino, he pasado por un par de sitios que me han llamado la atención. En primer lugar he visto una colonia de cocodrilos. No tenía ni idea de que hubiese cocodrilos en Costa Rica, pensaba que había caimancillos tamaño reducido, pero los que he visto hoy me han parecido bastante grandes. Seguramente que luego serán un tipo de caimán asesino costarricense pero en el cartel ponía cocodrilos, así que para mi eran cocodrilos.



Mira que estoy harto de ver los documentales de la 2 en los que salen animalitos varios pero no hay color de verlos en la tele a verlos en vivo. Aunque se les veía desde un puente y la foto aleja un montón, los he visto bastante bien. 

Cocodrilos costarricences

Es curioso que en alguna ocasión he “criticado” al típico tuercebotas que cuando ves animales por ahí les tira cosas “para que hagan algo”. Hay que reconocer que los animales como mola verlos es en acción. Pues hoy he estado a punto de convertirme en uno de esos tuercebotas, me habría encantado tirar a un inglés delgadito que había a mi lado. Les estaba tirando granos de maíz o algo parecido para ver si se movían. Habría estado bien ver si los cocodrilos se lo zampaban y se movían un poquito. Además como tenía poca chicha seguro que se montaba la de Dios por darle unos cuantos mordisquitos.

Después de mi sesión de National Geographic, he continuado mi camino y pasados unos kilómetros he parado en un puesto de fruta que había a un lado de la carretera. He visto un cartel que ponía ceviche de mango, me ha entrado la curiosidad por saber lo que era y he parado. Le he preguntado a la chica del puesto, me ha explicado que era como el ceviche de pescado pero en lugar de pescado llevaba mango y me lo ha dado a probar. 

Frutería costarricense
No soy yo muy amigo del ceviche, en concreto porque el sabor a cilantro no me gusta y este sabía a lo mismo que el de pescado pero sin pescado. Además se hace con mango verde y el sabor no me ha matado. Me he liado a hablar con la chica sobre fruta y me ha dado una clase magistral de fruticultura. El puesto de fruta estaba delante de su casa y para empezar, en “su jardín” tenía varios mangos (el árbol) con cientos de mangos gigantes colgando de sus ramas. Me ha estado explicando cómo se recogen los mangos y más o menos se hace como las aceitunas, unos varean los árboles desde abajo o subidos a las ramas y otros recogen los mangos desde abajo. Me ha dicho que de un árbol en condiciones se pueden sacar unas 20 cajas al día!!! Me han parecido un montón pero ella me lo ha asegurado. Después me ha estado explicando cómo se plantan las piñas y cómo se recogen. La verdad es que soy un verdadero ignorante porque desconocía de dónde salían las piñas, yo pensaba que era un fruto tipo el coco y lo sacaban de “arboles de piñas” pero no, es una especie de planta baja de la que sale un tallo y de ese tallo sale la piña, se corta la piña y vuelve a salir otra. En el jardín tenía árboles de todo tipo, unos que ahora no recuerdo cómo los ha llamado pero que ya los había visto en Brasil y que dan un fruto llamado cajú y también tenía árboles de nonis que eran como sequoias de grandes. El noni es un fruto del que desconocía su existencia hasta que este pasado noviembre un amigo mío llamado Miguel nos los descubrió a otros amigos y a mi en un viaje que hicimos juntos. Es una especie de piña muy pequeña de la cual se obtiene un zumo con un olor repugnante que hay que tener valor para bebérselo. Luego el zumo no sabe tan mal pero el olor tira para atrás. Al parecer es un fruto con un montón de propiedades, de antioxidantes… y como dijo mi amigo, el que lo bebe gana años de vida. Así nos engañó a todos para probarlo y hay que decir que desde que lo bebí estoy rejuveneciendo como Benjamin Button. Mi amigo Miguel se llevó unas cuantas semillas para plantarlas en España y me pregunto si le habrá salido algo, le tendré que consultar, esta chica desde luego tenía el bosque de Sherwood de los nonis.  Estuve un buen rato más dando vueltas por la parcela, siguió con sus clases magistrales de horticultura y para concluir la visita me invitó a un zumo de mango de 17 litros. No contenta con eso, cuando ya estaba montado en la moto y a punto de despedirme me regalos una bolsa llena de mangos.   

La verdad es que no todos los días te encuentras gente maja. Yo soy bastante preguntón y siempre que paro en lo sitios intento pegar la hebra pero no siempre funciona y la mayoría de las veces doy con gente bastante lacónica. Hoy por lo menos he tenido suerte.

Maletitas en la playa
El día pintaba bien hasta que he dejado la costa y me he metido hacia el interior. En un principio que se nublase el día me ha hecho ilusión porque hacía bastante calor. Más que nublado era neblina por estar más alto y entre montañas. 



Si ayer decía que el paisaje era verde, y eso que dicen que desde el pleistoceno que no llueve, el interior es muchísimo más verde. Cuando estaba llegando ya a La Fortuna, se ha puesto a chispear y cuando he llegado al hotel y me he instalado la cosa se ha puesto peor. No le he dado mucha importancia, pensaba que era, como dicen en la tele, un chubasco intermitente, pero se ha convertido en chuzos de punta. Me fastidia porque tenía pensado hacer una excursión andando a una cascada que hay por aquí cerca, además me había dejado el dinerito en hospedarme en un hotel con vistas a un volcán que está aquí enfrente que se llama Arenal, y que en teoría está en erupción permanente y por la noche se pueden ver los ríos de lava (eso es lo que dicen en internet) El caso es que con la que está cayendo ni salir de la habitación he podido. Igual que para que me llueva en la moto he venido preparado, para andar por ahí con lluvia no lo estoy. Entre los diversos modelos que me he traído en el equipaje, el de “Barbie Chubascos” no lo he metido en la maleta. He hecho un amago de salir pero me he empapado por completo y a los10 minutos me he tenido que volver. Y aunque he pensado salir con la ropa de la moto, hace unos 28° y si me lo pongo y me hecho a andar monte arriba puedo acabar con “hipertermia” (no sé si existe ese término) y además si mañana no está seco, luego me iba a acordar de la excursión. La lluvia no ha parado, el cielo está cubierto así que salvo que el volcán entre en erupción tipo el Vesubio me da a mi que no veo lava ni muerto.


Otro sitio más al que tendré que volver.

Etapa del día

1 comentario:

  1. ¡ Que curioso el primer camión ¡ , parece que llevase una luna en la trasera. Me ha sorprendido el cartel de los "cocodrilos", pensaba que por casi toda la región los llamaban "caimanes" o incluso en algún sitio por influencia brasileña "jacarés".
    Ese fruto que ya habías visto en Brasil, seguramente que el la "castanha de cajú"

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