¿Los
domingos para que son? Para estar con la familia y descansar, y eso es lo que
he hecho hoy. Es curioso lo rápido que se acostumbra uno a tocarse el higo. Me
he pasado un mes y pico todo el día montado en la moto y de la Ceca a la Meca y
llevo dos días tranquilito, sin hacer mucho, y no veas tú lo que me está
apeteciendo volverme a montar en la moto otra vez.
Para
no estar todo el día zanganeando hicimos un par de pequeñas visitas turísticas.
Jesús me llevó hoy, primero al mercado de la fruta o mercado de abastos o
mercado de como lo quieran llamar pero que es en definitiva un mercado donde
venden un montón de fruta.
Patacones |
Me ha encantado, a ver, no tenia nada de especial, era un mercado más y no es que tuviesen las frutas colocadas de forma especial ni
tampoco tenían las típicas “esculturas” de frutas que con un lichi te lo
convierten en la Torre Eiffel, pero me ha gustado. No es que yo sea un gran
comedor de fruta, comería más pero reconozco soy vago para pelarla. Pero si
algo me pierde es la piña y el mango. Y aquí, piñas y mangos tenían para
aburrir, con una pinta excelente y a unos precios igualitos que en Madrid.
Pasillo de las piñas |
Después
de la visita al mercado fuimos al un lugar llamado Cerro Ancón. Es un cerro que
está pegado a la ciudad que tiene unas vistas muy chulas. Por un lado se ve
toda la ciudad y por el otro lado puedes ver la entrada al Canal por el lado
del pacífico.
Vista desde Cerro Ancón |
Por
la tarde después de comer estuvimos “visitando” amigos. Algo que me ha
sorprendido es la “colonia” de españoles que hay en Panamá. Hay un montón, y
cuando digo un montón es un montón. No sé si es la crisis u otra razón pero el
número de españoles que hay en Panamá, por lo que me han contado, es bastante
superior al de otros sitios de América. Otra de las curiosidades con las que me
he encontrado es que en Panamá puedes ser español pero si eres gallego es un
plus y si encina eres de un pueblo llamado Carballiño, es la pera. Al parecer
fueron muchos los que emigraron de ese pueblo para acá y además los tipos
debían de ser bastante espabilados porque muchos hicieron mucho dinero. De
hecho me contaron ayer que hay un pueblo cercano al tal Carballiño, un tal
Avión que debe ser ya la caña de España, mejor dicho, la caña de Orense. Es un
emporio de riqueza y todo generado por “indianos”.
Por
la noche continuamos con las “visitas” y terminamos cenando en un
apartamento al borde del mar en una planta 42, con vistas por un lado a la
bahía de Panamá y por otro lado a la ciudad que me dieron ganas de quemar la
moto, atrincherarme allí y no salir hasta mediados de abril que es cuando me
tengo que volver a Madrid.
La verdad es que el día estuvo entretenido. Me
pareció muy curioso y bastante cachondo cómo ven los españoles a los panameños.
Todos coinciden en lo mismo. No voy a abrir mucho el pico que todavía estoy
por aquí y lo mismo esto lo lee la persona equivocada y me paso aquí más
tiempo del deseado. Yo la verdad es que mucho contacto con ellos no he tenido,
sólo el día que llegué con lo que no puedo opinar.
Mira
que soy cero místico pero a veces las cosas pasan por algo, uno no se da cuenta
pero el destino está marcado. Cuando me dijeron que era sólo los martes que
podía coger el ferry para plantarme en Panamá se me trastocaron un poco los
planes, tuve que renunciar a visitar Cartagena y cruzarme Colombia casi de una
tirada, pero lo que no sabía es que eso iba a ser un golpe de suerte para
luego poder entrar en Costa Rica. Ayer justo antes de meterme en la cuna, me
escribió mi amigo Nikolaos, el griego que me encontré en el ferry hacia Panamá.
Me escribía para decirme qué había intentado entrar en Costa Rica pero que por
no estar vacunado de la fiebre amarilla y por venir de países de alto riesgo como
son todos los de Sudamérica, le habían negado la entrada y que hasta que no
pasasen 6 días desde su entrada en Panamá no podría cruzar la frontera. Si yo
hubiese llegado el jueves como tenía pensado y hubiese intentado cruzar la
frontera como tengo intención el martes, me hubiese encontrado en la misma
situación, pues yo tampoco estoy vacunado de nada. No soy muy amigo de las
vacunas y sobre todo, como no he leído un carajo sobre lo que me iba a
encontrar, no tenía ni idea de que para entrar en Costa Rica proviniendo de un
“país chungo” (consideran chungos a todos los países de Sudamérica) se necesita
estar vacunado. He indagado un poco más y parece ser que para entrar en
Honduras también hay que estar vacunado. El caso es que gracias a que me he
presentado aquí antes de tiempo perece ser que el próximo día podré cruzar a
Costa Rica sin problema. Mañana de todas formas intentaré vacunarme para evitar
así posible problemas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario