martes, 24 de marzo de 2015

24 de marzo de 2015 – Guanajuato – Tepic – 499km – 7h30

Es increíble como los sucesos pueden influir tanto en tu estado de ánimo. Ayer me acosté,  bastante preocupado por el tema de la moto. Esta mañana, cuando me levanté había recibido un par de mensajitos al respecto y después de desayunar, y antes de ponerme en marcha, me he dedicado a echarle un vistazo más concienzudo a la moto, a ver si encontraba el porqué del ruido asesino. Me he puesto a quitar tornillos como loco, a tocar en un sitio y en otro, y ponerme las manos perdidas de grasa, para no solucionar absolutamente nada. Todo lo que he mirado aparentemente estaba bien, he hecho todo lo que he podido, tensar aquí, apretar allí… pero el ruido seguía ahí. Al final decidí ponerme en marcha, pero como soy un agonías, y puede que tenga un trastorno obsesivo compulsivo, fue subirme en la moto y no dejar de pensar en qué es lo que le podía pasar. Decidí pues continuar hasta una ciudad cercana a Guanajuato llamada León y allí, llevar la moto a un concesionario para que me diesen un diagnóstico.

Concesionario en León
Después de lo visto esta mañana, yo seguía pensando que era la cadena, pero como mis conocimientos de mecánica son los que son, opté por buscar la opinión de un experto. Llegué al concesionario, busqué al mecánico de turno, le echó un vistacito y coincidió conmigo en que era la cadena, que tenía ya mucha tralla y, que necesitaba cambiarla. Al parecer tanto el piñón de ataque como la corona no estaban mal y era sólo la cadena. 

Cambiando la cadena

Afortunadamente tenían una de repuesto, se puso el tipo a ello, yo a mirar para saberlo hacer en el futuro, acabó de cambiarla, probamos la moto y el ruido famoso, había desaparecido.



Fue tal el subidón que me dio al cerciorarme de que el problema era sólo de la cadena y que no trascendía más allá, que cuando terminé de probarla y me bajé de la moto, corrí a darle unos abrazos al mecánico que debió de pensar que estaba chalado. Sólo me faltó meterle el filete para demostrarle mi emoción. Mira que los mexicanos son majetes, pero creo que no están muy acostumbrados a la efusividad, y menos entre hombres. Estaba tan contento que a pesar de tener más de setecientos kilómetros por delante y de que era casi la una del medio día, me monté en la moto tan ilusionado como cuando la recogí del aeropuerto de Buenos Aires. Tenía tal subidón, que si alguien me hubiese dicho la famosa frase: - no hay huevos a bajarse ahora otra vez hasta Ushuaia!!!, con el calentón, hubiese llamado al trabajo para pedir un par de mesecitos más de empleo y sueldo.

Cierto es que la euforia es eso, euforia y dura lo que dura. Fue salir de León y volver a coger la autopista y aunque seguía feliz como una perdiz, cuando me puse a pensar en lo que me quedaba por delante pensé: vaya tela, hoy no llego.

Señal mexicana, raya o ralla?

Continué mi camino, tomé la decisión de no obsesionarme con llegar a Mazatlán como era mi idea, y me lo tomé con calma. Paré a ponerme la música una vez más (tengo que decir que se me hace el camino más ameno) y me dediqué a mirar la carretera a la vez que observaba el paisaje. En estos tres últimos días que me he cruzado medio México, la verdad es que me he llevado una grata sorpresa. Pensaba que era un país mucho más árido, más como sale en las películas norteamericanas (una vez más, que mala es la sugestión) pero ni mucho menos. A ver, no es Costa Rica pero es bastante verde, por ahora cero desértico y no hace el calor que esperaba. Pasé además hoy por la zona dónde se produce el tequila.



Hoy, a parte del tema de la reparación de la moto, ha vuelto a ser un día bastante plano, me he pasado gran parte del día en la carretera con lo que no me han ocurrido grandes cosas. Como curiosidad contar que cuando paré a comer, lo hice una vez más en un restaurante dónde paran los camiones, me “recibió” un gorrilla local que por ahí andaba pululando. No te preocupes, no le he pegado, no le he gritado…, hoy, después de la reparación, estaba en modo paz y amor. El caso es que el tipo, cuando paré se me acercó, y cuando vio que me cogía el casco, la bolsa que llevo encima del depósito, los guantes…, vamos, todo lo que me pueden quitar en un abrir y cerrar de ojos, me dijo: - no te preocupes, puedes dejarlo aquí todo que te vigilo yo la moto. En vez de soltarle un exabrupto, me limité a decirle que lo iba a necesitar todo cuando estuviese en el restaurante, y me fui. Teniendo siempre la moto a la vista, me fijé como al rato, un camión paró justo al lado. Cuando el conductor se bajó y fue hacia el restaurante, mi amigo el gorrilla, cogió un cubo de plástico grande que tenía por ahí, abrió una trampilla en la parte de atrás del camión y se dedicó a “coger prestadas” no sé muy bien si naranjas, pomelos o algún tipo de fruta de la que el camión iba cargada. No contento con llenar un cubo, cuando lo hubo llenado se fue corriendo a la cuneta, vació el contenido y volvió al camión otra vez. Realizó esa operación unas diez o doce veces y porque el camión era grande, pero le birló media carga de naranjas en un santiamén. Menos mal que me dijo que la moto estaba segura!!!



En México, por lo que he visto, la policía, incluso los militares, tienen por costumbre conducir lo que aquí llaman camionetas y en Estados Unidos llaman “pick up”. Es habitual ver estas camionetas circulando por la carretera y normalmente, van dos policías metidos en la cabina, el conductor y el copiloto, y después, en la caja o parte de atrás de la camioneta, van dos, tres o incluso más policías, de pie, agarrados a una especie de barras antivuelco y con el metralletón de turno en ristre. Lo que me parece curioso es que van de pie, vayan a la velocidad que vayan, con una actitud, medio amenazante medio alerta, para entrar en acción de manera inminente. No sé si mi explicación es quizás un poco farragosa. El caso es que yendo hoy por la carretera, iba a adelantar un camión, he hecho las cosas bien, he mirado por el espejo, he visto que venía un coche bastante lejos, intermitente, cambio de carril, adelantamiento… Iba tranquilito, aquí los camiones corren un montón y cuesta adelantarlos, y cuando estaba a punto de acabar, volví a mirar al espejo y vi una camioneta, tamaño “king size”, pegada a mi culo. Me asusté un poco, corriendo me eché a la derecha y cuando me pasó, resultó ser una camioneta de la policía. Esta vez sólo llevaba un policía en la parte de atrás, eso sí era el policía más operativo de todo México. De veras es curioso verlos porque su look y su actitud es, en mi opinión, demasiado “comando”, están listos para entrar en combate en cualquier momento y no sé, vale que este puede ser un país peligroso pero me cuesta creer que les vayan a disparar en medio de la carretera según adelantan a un coche. Volviendo al tema, cuando me han adelantado, el que iba detrás ha empezado a hacerme gestos como que tenía que quitarme, que debía circular por el carril de la derecha y que cómo había osado a adelantar al camión y con ello, haberles entorpecido el paso. No iban ni con sirenas ni con nada, simplemente que aquí todos los coches que he visto de la policía van mangados. El caso es que ante sus gestos imperativos, yo he agachado la cabeza, le he hecho un gesto tímido de despedida y he rezado para que no parasen y me leyesen la cartilla.

Al final, siguiendo un consejo de un motorista mexicano que me encontré en el ferry a Panamá, y que consistía en que antes de la caída de la tarde ya estuviese metido en la guarida, eran las cinco, aún me quedaban casi 300 kilómetros por delante, así que decidí ponerme a buscar dónde quedarme a dormir. He llegado a una ciudad llamada Tepic (jamás había oído ese nombre y la ciudad no es pequeña) y me he puesto a mirar. En un principio no he encontrado nada. Miento, sitios he encontrado, pero lo que aquí llaman auto hoteles. Curioso el tema de los auto hoteles en toda Iberoamérica. Me resulta muy chocante la existencia de tantísimos hoteles de este estilo, ya no sólo en México, sino en todos los países que llevo recorridos. Y me choca porque igual que hay un montón de estos hoteles, también se ven un montón de referencias religiosas, tanto iglesias de todas las creencias, mensajes en la carretera, pegatinas en los coches… y la población, aparentemente, es muy religiosa y hay mucha devoción. Pero está claro que aquí aplican a rajatabla lo de “a Dios rogando y con el mazo dando”, y “mazazos” deben de dar a diestro y siniestro, a tenor de la cantidad de sitios de este estilo que hay. Me pregunto cómo en España no hay más sitios así, imagino que se harán las mismas fechorías allí que aquí, luego no me lo explico. Mira que nos creemos “avanzados” respecto a estos de aquí, y resulta que nos dan sopas con ondas en muchas cosas. Lo mismo sería una buena idea de negocio para montar en España, habrá que empezar a planteárselo. Finalmente he encontrado un motel de carretera, cutre pero en el que espero que no me encuentren los malos.

Auto hotel
Y poco más, contento por haber arreglado la moto y expectante a ver si mañana consigo dilucidar si finalmente voy por un sitio o por otro. Pero bueno, eso lo contaré mañana. Muchas gracias a Alfredo por los consejos mecánicos y a Juan por haberme buscado los concesionarios en León.

Etapa del día

5 comentarios:

  1. No te sorprendas del indicativo de carretera, lo han escrito correctamente. Es raya.

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  2. Es increíble, siempre que tengo una duda con la ortografía pongo la que no es, mira que tengo un 50% de posibilidades... pues nada, siempre meto la pata. Gracias
    Echaré la culpa al corrector de Google 😁

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  3. Lo verdaderamente inquietante de ese cartel es lo de "vehículos sin frenos". Me lo expliquen, por favor??????

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  4. Hola Álvaro. Bueno, lo primero decirte que nos alegramos mucho de que el problema finalmente se haya solucionado. Alfredo acertó a saber cuál era el problema...Y es que tanto la cadena como el kit de transmisión de una trail sufren más que una moto de carretera. No deja de ser una cadena, y en una moto de estas, fíjate. Eso sí, te ha durado bastante, ya que estás haciendo carretera. Me acuerdo yo en mi Transalp que no duró ni la mitad de tus km...así que fíjate. Ahora bien...lo que no se yo si hubiese sido bueno haber cambiado todo el kit, no solo la cadena. Ya se lo comentaré a Alfredo y ya te cuenta él. Por lo demás, veo que todo sigue por su camino y que arreglado ese problema, se ve todo mejor!!! Mucho ánimo y adelante. Un gran abrazo desde Valladolid.

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