Dicen
que las cosas siempre pueden ir a peor, y esta vez… lo hicieron. Me las
prometía yo muy felices después de haberme embarcando en mi “transatlántico” de
Vacaciones en el mar. La noche anterior fue ducharme, meterme en la cama y
quedarme roque hasta las 10 de la mañana del día siguiente. Ni que la naviera
propietaria del barco fuese Costa Cruceros y que el capitán fuese Francesco
Schettino, me hizo perder el sueño. Pensaba que los barcos tan grandes se
movían menos, y más estando en el Caribe, pues este hubo momento en los que
metió unos buenos meneos. Aún así, abrí el ojo a eso de las 10 de la mañana.
Desayuné, me atusé un poco la melena y salí a darme una vuelta por el barco. No
íbamos a llegar hasta las 2 de la tarde así que me pasé un buen rato en la
cubierta, resguardado del sol y disfrutando de las vistas del Caribe panameño.
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Llegando a Panamá |
Llegamos
por fin al puerto y la primera noticia que nos dieron por megafonía fue que
debido a los requerimientos de las autoridades panameñas íbamos a tardar un
rato en salir del barco. Nos tuvieron haciendo el mono por allí una hora de
reloj. Cuando finalmente decidieron soltarnos, los que llevábamos vehículos
fuimos los últimos en salir. Los últimos serán los primeros en el reino de los
cielos…, eso me solían decir cuando era pequeño, eso será cierto menos en
Panamá.
Ya con el sello en el pasaporte, vuelta a la moto para que las
distintas autoridades panameñas revisasen la documentación. Documentación de la
cual necesitan infinitas copias y que por supuesto tú, no tienes. Mira que me
llevé copias desde España para este tipo de “situaciones”, me llevé un montón…
pues ya me las han fundido todas. ¿Para qué querrán tantas copias??? Si
luego ni las van a mirar!!! Pues bien, para poder entrar en territorio panameño
necesitas tener cuatro copias de: - la página del pasaporte en la que sale tu
cara, la página del pasaporte en la que sale el sello de entrada, el permiso de
circulación de la moto, de tu carnet de conducir y finalmente de tu seguro de
accidentes. Y aunque vayas preparado
como yo lo he hecho, frontera a frontera te van desplumando hasta que te quedas
sin copias y entonces te toca hacerlas. ¿Y dónde las haces? Pues en una
oficinita anexa donde te cobran 50 céntimos de dólar por copia. En total 20
copias por 10$ de nada. Eso por las 50 o 60 vehículos que había en el ferry…
Una
vez obtenidas las copias tocaba repartirlas a los distintos agentes de las
distintas agencias que por allí pululaban. Por un lado estaba la autoridad
portuaria, por otro lado la aduana, por otro lado la policía y sus perritos y
finalmente otros que nunca supe quienes eran pero que también necesitaban su
copia.
Primero
apareció por ahí el que fumigaba los vehículos. Debe de haber unas plagas malas
súper malas por aquí porque no contentos con haberme fumigado la moto en
Colombia el día anterior (y habiéndome cobrado 35$, te recuerdo), me la
volvieron a fumigar. No me coge una garrapata “Maletitas” ni aunque se pase un mes
retozando con toda la manada de lobos de Crespúsculo. Pasado un buen rato de la
fumigación (pongamos una hora) apareció por allí uno que iba a controlar el
número del bastidor y el número del motor. El número de bastidor lo encontró
fácil (está en la dirección de la moto) pero el número de motor, que no aparece
ni en el permiso de circulación, no lo encontraba ni a tiros y él, erre que
erre, que lo tenía que encontrar. Se pasó, y no exagero, 15 minutos tirado en
el suelo mirando y mirando por todos los sitios. Me hizo tumbar la moto para
poder ver bien debajo del motor, quitar el asiento y no me hizo desnudarme a mi
porque no le dio por ahí. Cansado ya de sus gilipolleces le dije que si no lo
había necesitado en los 107 países que he cruzado ya, mandaba huevos que lo
necesitase en este. Tuvimos nuestros más y nuestros menos, le invité a que lo
buscase en la moto del al lado, como tampoco lo encontró (menos mal) cejó en su
empeño y trámite superado.
Al rato (pongamos otra hora) apareció por allí otro
colega con el primo de “hociquito” (el perro antidrogas de ayer). Nunca
entenderé como si van a pasarte el perro antidroga a la moto, por qué la
fumigan antes. Se debe de pillar un globo el perro que cuando olisquee las
motos y los coches no sabe si está buscando marihuana, cocaína o pesticidas.
Además, había oído una vez en un programa de televisión (no todo es Sálvame
Deluxe) que estos perros tienen que descansar porque si no dejan de ser
efectivos. Al primo de “hociquito” le tuvieron non stop olisqueando todo el
aparcamiento y había más coches que en el IKEA un sábado por
la tarde.
Superadas
varias pruebas y llevando ya unas cuatro horas desde que desembarcamos, tocaba
pasar por la aduana para que nos diesen el papel que luego uno tiene que
entregar a la salida del país, y que demuestra que la moto ha sido importada
temporalmente. Para la aduana que nos fuimos (todos, motos, auto caravanas,
coches…) Una vez allí otra vez a hacer cola para el papelito. Cuando llegamos a la oficina, salió una tipa y dijo que todos aquellos que no tuviesen seguro
obligatorio no podían obtener el papel. Por supuesto tampoco podíamos salir del
recinto para sacarnos el seguro fuera de allí.
- ¿Y
qué coño hacemos?
- Si ustedes quieren, podemos ofrecerles un seguro...
Otras
dos horas para eso y finalmente apareció uno por allí con las pólizas en la
mano, en la que el precio que ponía en el papel era de 15$ pero que
milagrosamente costaban 25$. ¿Por qué? Nadie supo decirlo pero tuvimos que
soltar 10$ de más, o eso o no había seguro.
Una
vez pasada la prueba del seguro, faltaba por conseguir el papel de la
importación temporal de la aduana. Otra cola más (llevaba ya 713 colas hechas
en dos días) y otra horita más ahí, haciendo el mono. Cuando finalmente me tocó
y entré en la oficina, había dos mujeres encargadas de hacer las gestiones. La
que me tocó a mi era una negraza como la nani de Scarlett O’Hara en "Lo que el
viento se llevó". Según me siento y me pide el pasaporte, nada más enseñárselo
me dice: - un español!!! Yo tengo dos novios españoles!! Después
de seis horas haciendo colas y trámites absurdos, lo primero que se me vino a
la cabeza fue decir: - y a mi qué cojones me importa que tengas dos novios
españoles, yo quiero mi puto papel!!!! Pero como uno, aunque a veces es un poco
toli y exaltado sabe dónde está, saqué una vez más mi librito de camaleón mimetizante con
el terreno y dije: - ¿en serio? No puedes ser, tendrías que tener 10!!!! Parece
ser que con esa respuesta di en la diana, la tipa se engoriló y empezó a contarme
“todo” lo relativo a sus “novios” españoles. Que uno era de Barcelona, que el
otro era de Almería… que el de Barcelona era un poco sinvergüenza y le decía
cosas feas… que el de Almería (un tal Fernando) la tenía loca… y yo, ahí
sentado delante de su mesa, con otros 30 tíos en la calle haciendo cola y ella
explayándose, contándome sus escarceos amorosos por internet. No contenta con
eso se me puso a buscar fotos en el móvil para enseñármelas!!! Así pues conocí
a Fernando, conocí al de Barcelona y de paso a sus dos hijos que pasaban por
allí. Para añadir un poquito de leña al fuego, la otra tipa que estaba en la
otra mesa haciéndole los papeles a un suizo, se unió a la conversación, se
levantó de su mesa y vino a enseñarle a la otra, su última conversación por
wasap con uno de sus “novios”. Y no era un mensajito tipo: -ven p’acá negra que
te voy a dar pal pelo, no!!! Era una “Carta marrueca” y la mía se tiró
leyéndola media hora. Mientras tanto, mis papeles, los del suizo y los de los otros
treinta que faltaban por pasar, durmiendo el sueño de los justos. Una vez
concluida la conversación, por fin se puso a teclear “mi expediente”. Entre las
uñas que me llevaba de dos metros y que la soltura que tenía con el ordenador
es la misma que tengo yo con las agujas de hacer punto, tardó “un ratito” en sacar mi
papel. Por fin lo tuve en mi poder y eso significaba que podía salir de allí.
No
está mal, llegué al puerto a las 14h y eran las 21h. Esas horitas de nada para
sellar mi pasaporte, pasar un par de controles y obtener el papel de la
importación temporal de la moto. Viva Panamá!!!!!!
Durante
las siete horas que me tiré en el puerto me dio tiempo para conocer a todos los
personajes que allí estábamos. No hay mal que por bien no venga y una de las
cosas que descubrí, y que como sea cierta va a ser la pera, es lo siguiente.
Uno de mis grandes dilemas respecto a este viaje es qué voy a hacer con la moto
cuando lo acabe. Tengo tres opciones, la que menos me apetece a priori, es volverme a traer la moto a España, la segunda, es vender la moto, lo cual no sé si será fácil o no
y la tercera es dejar la moto en EE.UU por si en el futuro, y si no acabo muy cansado de este viaje, me hago un viaje mucho más corto por EE.UU. El caso es que hablando con un suizo que andaba por allí me dijo que
puedo dejar la moto sin problema en EE.UU el tiempo que quiera. El que no puede
quedarse soy yo pero la moto… Como eso sea verdad (y él me dijo que estaba
seguro al 100%) va a ser la pera. Por lo menos me dará tiempo para pensar qué
es lo que hago y no tener que llegar y ponerme a hacer gestiones.
Conocí
también a un padre brasileño y a sus dos hijos que están haciendo un viaje
chulísimo. Los tres viajan en un Land Rover Defender y van a estar ahora seis
meses viajando por América, luego se tomaban un descanso y el año que viene
vuelven a la carga para viajar otros seis meses desde España hasta China. El
padre creo que es profesor de universidad en Brasil y los dos niños que tendrán
entre 13 y 15 años van a aprovechar el verano y parte del curso escolar para
hacer el viaje. Eso es una clase de
geografía y ciencias naturales como Dios manda!!! Igualito que mis clases en el
colegio… Lo tenían todo montadísimo, el coche molaba un montón y tiene un blog
en condiciones y no la castaña que estoy haciendo yo. Te paso el link para que
le eches un vistazo, viene en portugués pero mola: nossagrandeviagem.com.br
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