jueves, 19 de febrero de 2015

18 de febrero de 2015 – Cabanaconde – Nazca – 671km – 11h

Después de mi periplo nocturno de ayer, llegué por fin a Cabanaconde que es el pueblo más cercano al Mirador Cruz del Cóndor. Mi intención esta mañana era ir para allá a ver si veía alguno. Por la noche los chicos del hostal me habían dicho que la hora buena para verlos era entre las 7:00 y las 8:00 y que salían sí el día estaba despejado. Al parecer los últimos días el tiempo había estado muy nublado y no sabían cómo iba a estar a la mañana siguiente. Me metí en la cama rezando “cuatro esquinitas tiene mi cama…” para pedir que al día siguiente hiciese bueno y como rezo poco y no soy muy pedigüeño me debieron de hacer caso y amaneció un día espectacular.

A pesar de mis intentos, antes de las 8:00 no pude estar listo y cuando lo estuve, salí pitando hacia el mirador. Como me habían dicho que entre las 7:00 y las 8:00 era la mejor hora para verlos, tenía el temor de que se hubiesen pirado todos. Cuando llegué, había un par de coches en el aparcamiento y pensé: - mecachis, ya se han vuelto a sus nidos y se ha pirado todo el mundo!!! De detrás de un matojo apareció un “guarda turístico” de la zona. Le pregunté si se habían escondido ya los cóndores y me dijo que todavía no se habían echado a volar. Eso me tranquilizó. Acto seguido el guarda me dijo que tenía que pagar por ver los cóndores, esto es la leche!!! Le pregunté cual era el precio y cuando me dijo que 10 soles para los peruanos, 20 para los sudamericanos y 80 para los extranjeros, en menos de tres segundos me nacionalicé argentino.

Una vez solucionado el tema de la “entrada” me bajé hacia los miradores. El sitio es espectacular, el famoso cañón del Colca, es un cañonazo y ya sólo por verlo merece la pena. Además me hizo ilusión “ver” lo que no había visto la noche anterior cuando llegué y estaba todo oscuro. 

 Cañón del Colca
Pero como somos unos tocapelotas y siempre queremos más, yo estaba allí para ver a los cóndores, había renunciado incluso a mi nacionalidad por ello y ahora quería cóndores en el aire. Pasaban los minutos y ahí no se veía ni un colibrí. Sé que en el mundillo de los ornitólogos una de las claves es la paciencia. Sé que esto no va tipo: - cóndor Paquito, va, sal que es el turno de las 8:20. Pero joder, hacía cuatros o cinco días que había estando nublado, si lo está no salen, luego estarían hambrientos. Estuve por asesinar y posteriormente descuartizar a un par de peruanos que estaban a mi lado a ver si así se arrancaban por bulerías los pajaritos. Seguía pasando el tiempo y ahí no aparecía ni Dios. Me estaba tirando de los pelos por no haber madrugado más aunque el guarda me había dicho que no habían salido. De repente a lo lejos se empezó a ver una sombra y efectivamente era uno que se había echado a volar. Estaba tan lejos que si me hubiese quedado en Madrid lo habría visto mejor. Luego se arrancó otro y algo más tarde un tercero. El problema es que estaban lejísimos, porque son grandes, si no… Seguían volando y cada vez sus vuelos eran más amplios y se iban acercando más. Y por fin se obró el milagro. Uno de los tres se vino para mi zona y fue entonces cuando se produjo la apoteosis. El cóndor hizo varias pasadas por debajo de donde estaba nuestro mirador y lo pude ver bastante bien. Lo mejor de todo es que no contento con eso hizo varias pasadas más a nuestra altura y luego otras más por encima. Hubo una de ellas que estuvo realmente cerca. Es realmente impresionante, vaya bicharraco y qué envergadura que tiene. En el curso acelerado que hice, parece ser que los que tienen blanco en el lomo o en las alas son los cóndores adultos y este era un macho alfa de los buenos, era el cóndor más grande de todo el Valle del Colca. Me acordé de un compañero de trabajo que le encantan los pájaros y creo que si hubiese estado aquí, habría que haberle hecho el boca a boca. La foto es una castaña pero te la dedico Javier.

Cóndor 
Después de estar un buen rato más en el mirador, salieron otros cuantos cóndores más pero ya ninguno pasó tan cerca como el primero así que recogí mis trastos y emprendí el camino. Sabía que tenía una jornada bastante larga y sin mi mapa y sin internet para mirarlo, con mi chungo-mapa en la mano tenía dos opciones para ir hasta Nazca, una volviendo hasta Arequipa y deshaciendo casi 200 kilómetros de los que había hecho ayer y otra cortar por una carretera que me habían dicho que era un camino de tierra. A pesar de mi animadversión al ripio pensé que lo de deshacer el camino me iba a doler así que por el camino que me fui. No me arrepentí al principio pues el camino era bastante bueno, no tenía a penas dificultad ni cosas malas y transcurría por un paisaje muy bonito. Me dijeron que tardaría 3 horas y media en llegar hasta la carretera y la verdad es que aquí los tíos clavan las mediciones de las distancias. Tardé 3h40 en llegar a un lugar llamado Pedregal que realmente hacía honor a su nombre. Los últimos kilómetros del camino de tierra no habían sido tan buenos, estaba súper bacheado y acabé un poco hasta el moño. Fue muy curioso el cambio de paisaje que vi a lo largo del camino. Empecé en una especie de valle verde y montañoso que era un vergel y acabé en un secarral en pleno desierto.



Llegado a la carretera quise hacer las cosas bien y como era la hora de comer paré a hacerlo. Fue en un restaurante que tenía buena pinta, al menos estaba limpito y pedí el menú del día. Me dieron una especie de sopa de arroz con pollo que estaba bastante buena y luego unos tallarines verdes con pollo frito que también lo estaban. 

Menú del día
Cuando fui a pagar lo mejor fue el precio. Cuando la chica que me atendió, que tenía carita de ángel,  me dijo que eran 8 soles (2,31€), casi me da algo. Le pedí disculpas por tener que pagarle con un billete de 50, me dijo que no había problema y me fui. Ah, antes me dijo que para llegar a Nazca se tardaban 6 horas y eso me dolió pues eran las 2 de la tarde y eso significaba que iba a llegar de noche otra vez.

Un centenar de kilómetros después paré a echar gasolina. Cuando fui a pagar le di la pasta al gasolinero y me dijo que uno de los billetes de 20 que le había dado era falso. Me estuvo explicando porqué y efectivamente era más falso que la sonrisa de un político. Le tuve que dar otro que no lo era. Menuda hija de puta la “carita de ángel”!!! Con su sonrisita me había largado un billete de 20 soles falso así que el menú de 8 soles me había costado 28, vamos que ni en el Bulli!!!

Continué mi camino y si en Chile acabé frustrado porque la carretera no iba pegada a la costa, hoy he tenido empacho. Kilómetros y kilómetros de carretera pegada al mar, curvas y curvas y más curvas que al principio molan pero cuando tienes 6 horas por delante dejan de molar. Además la carretera está llena de camiones y para los camiones las motos son lo mismo que nada. En varias ocasiones he tenido que tirarme al arcén porque se ponen a adelantar y les da igual que estés ahí. Además es curioso como hay constantemente carteles que pone “manténgase a su derecha” y es porque les encanta invadir el carril contrario. En las curvas les encanta cortarlas y tienes que realmente andarte con cuidado porque como vayas confiado te llevan por delante.




Otra curiosidad que me ha sorprendido es que a pesar de ser un secarral, el desierto está a tu derecha y el mar a la izquierda, de alguna manera se las han ingeniado para que en muchos sitios entre el mar y el desierto, haya una franja que está verde, verde y dónde cultivan un montón de cosas. Y eso es así durante kilómetros y kilómetros.



Desde luego playas hay para aburrir, para los “alternatas” que les gustan las playas salvajes y apartadas desde luego que este es su lugar. Hay playas kilométricas sin absolutamente nadie y con bastante buena pinta.

Finalmente los augurios de “carita de ángel” se cumplieron y tardé 6 horas en llegar. Cuando llegué era de noche, no tenía hotel en Nazca, me puse a buscar y la verdad es que he tenido bastante suerte. He encontrado una especie de hotel “para citas” que está muy apañado, todo muy limpio, garaje para dejar la moto y con wifi cañón. Además estoy sólo porque el “horario infiel” es más por la mañana y por la tarde según me ha dicho la recepcionista.


Mañana a ver las líneas de Nazca, a ver qué tal están.  

5 comentarios:

  1. ¡Ostras, Álvaro! Realmente hay que andarse con cuidado en carretera con los adelantamientos de los camiones. Ni línea continua ni que venga otro vehículo de frente ni gaitas... Lo que sí está claro que mereció la pena ver el vuelo del cóndor, y con ''carita de ángel'', bueno, son cosas que pasan...en todos lados. Un abrazo desde Valladolid.

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  2. Jajajaja! Bueno, está claro que al final "El cóndor pasa"... :D¡Me parto con tus historias!

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  3. Por qué será que algunos hemos pensado igual. Cuidado con la carretera y los camiones que esos no son como los Barreiros de Virgilio!! Y cuidadín con las "caritas de ángel" que al final resultan unas lagartas jajajajaja

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  4. Hola Álvaro.

    Gracias por la dedicatoria, como me hubiera gustado estar allí!, salvo por tu boca a boca....

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  5. Te has vuelto un auténtico ornitólogo, pájaro! Sigue escribiendo que llegaras a ser cinturón negro como "story-teller". Un abrazo fuerte Rastitas. Soy Sergio (creo que saldrá como Anónimo)

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