sábado, 7 de febrero de 2015

5 de febrero de 2015 Temuco – Pelluhue – 530km – 9h30

Día bastante frustrante el día de hoy, nada de lo que he intentado me ha salido, ha sido el día torcido de la semana, qué le vamos a hacer. En teoría hoy no tenía un día muy largo pero parece ser que los cálculos que hice en su día con Google Maps no son del todo acertados y me voy percatando de que cada día acabo haciendo más kilómetros de los que tenía planeado. En mi línea no madrugué, estuve mirando cosas en internet para los días posteriores pues hoy posiblemente no iba a tener (como así ha sido). Al final estaba subido en la moto a las 11:00. Nada más salir fue en busca de un lavadero pues, ya no la moto, que también, si no la cadena estaba llena de mierda, tierra, grasa y para intentar que esta me dure lo más posible tenía intención de limpiarla un poco y engrasarla bien. Mi gozo en un pozo, en dos de los lavaderos a los que fui no me dejaron lavar la moto así que una manguerita de esas que dan agua en la gasolinera y un cepillo de dientes hice lo que pude, o sea, nada. Luego engrasé la cadena (tampoco sirvió para nada) y lo peor de todo es que me estuve fijando en la rueda trasera y la verdad es que está bastante perjudicada. Eso significa que en breve tendré que cambiarla, bastante antes de lo que tenía planeado así que me toca modificar un poco mi itinerario. No tenía pensado pasar por Santiago pero creo que mañana me va a tocar hacerlo. Luego la cadena seguía hecha una castaña, la rueda estaba para tirar, buenas noticias para después del desayuno.

Mi intención también en el día de hoy era intentar ir hacia el norte por alguna carretera lo más pegada a la costa en vez de ir por la autopista principal que recorre Chile de norte a sur. Eché un vistazo en el mapa, me tracé una ruta y allá que me fui. Hasta llegar a la costa la verdad es que la cosa no fue mal, el paisaje era chulo, la carretera buena, el problema empezó cuando justo antes de llegar al primer pueblo costero, la carretera que aparecía en el mapa ya no era tal si no que en su lugar habían construido una especie de autovía. No era malo lo de ir por autovía el problema es que para construirla la han metido tierra a dentro y la costa no se ve por ningún lado. Además, construida, construida no está del todo, como todas las carreteras de Chile, no he visto más obras en mi vida que aquí, ni en el Madrid de Gallardón. Así pues seguí la autovía hacia el norte, viendo el mar de higos a brevas y de lejos, comiéndome obras, desvíos… hasta llegar a Concepción. Concepción es la segunda ciudad más grande de todo Chile y de eso me he dado cuenta cuando la he tenido que atravesar de sur a norte enterita y por el medio. Me he comido 750.000 semáforos, ha sido terrible, encima me he colado porque no es fácil estar mirando el mapa a la vez que conduces, que miras las señales (las pocas que hay) y que ya empiezo a ver menos que Pepe Leches y me he ido donde no debía. Cuando he empezado a sospechar, he preguntado y efectivamente estaba yendo por el camino equivocado. A dar la vuelta, a comerme otros cuantos semáforos más, para acabar cruzando la ciudad. Cuando ya lo había hecho, he parado a echar gasolina, y según le comentaba al gasolinero el infierno que es cruzar Concepción me dice: - tenía que haber cogido la circunvalación. Lo que me faltaba!!!! Continué mi ruta trazada y seguía sin ver el mar, o a penas. La costa de esta zona es horrorosa, no porque el mar sea feo, la verdad es que ni lo he visto, ni porque las playas lo sean, tampoco las he visto, el problema es que la costa está tomada o bien por un puerto gigante o por industrias, o por árboles, árboles y más árboles. Más adelante, en otro pueblo en el que cruzándolo me he perdido, he parado en la biblioteca municipal pues he visto que tenía una señal de wifi y he pensado en buscar un hostal por la zona. Allí había dos bibliotecarios, el wifi no les iba pero me han recomendado que fuese por esa carretera y por ese pueblo que son preciosos y que ya verás… La verdad es que eran encantadores pero sinceramente o no ha visto lo que me estaban indicando o me han tomado el pelo. Otra vez he vuelto a  intentar ir por la carretera de la costa y esta vez no había autovía pero en vez de estar pegada al mar está metida uno o dos kilómetros por el interior y no sé ve el mar más que de vez en cuando.


Además me he dejado las gafas de sol en la biblioteca y cuando me he dado cuenta era demasiado tarde para dar la vuelta. Cierto es que eran unas gafas del Decathlon pero me ha dado una rabia de la leche, yo no suelo perder las cosas y cuando las pierdo…, entro en bucle y no dejo de flagelarme. He acabado en un pueblo de mala muerte, en un hostal de mala muerte que no tiene ni agua caliente. Podría ser el motel de Norman Bates versión chilena. El recepcionista tipo raro donde los haya, de esos que no mira a la cara cuando te habla. Cuando he ido a decirle que no había agua caliente ha sido un diálogo de besugos, él que decía que había y yo, que me había tenido que duchar con agua fría, que no. Le ha dado exactamente igual. Esta noche atrancaré la puerta para dormir.

Así que… día gris y por ende… relato gris. A ver qué me encuentro mañana.


Pd. Hoy no he hecho mi una foto, con eso lo digo todo.

La etapa del día I

La etapa del día II



1 comentario:

  1. Ánimo, tronk. Habrá días mejores. A ver si encuentras un sitio para ver el partido y no hacemos el ridi.

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