No
quiso la costa peruana que la viese soleada. Otro día más que amaneció gris, ni
sol, ni viento, ni olas así que recogí los trastos pronto y camino de Ecuador
que me fui. Dejaba hoy Perú y en general me ha gustado. Ver los cóndores estuvo
chulo, las líneas de Nazca tuvieron su aquel a pesar del medio mareo que me
pillé, Lima me encantó, los peruanos son majetes, y ha habido unas cuantas
cosas que me han llamado bastante la atención por peculiares. Quizás he acabado
un poco cansado de tanto pitido y ruido en general en las calles pero…
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Viva la seguridad en el trabajo |
Ha
sido muy curioso el cambio entre Perú y Ecuador. La frontera natural es un río
y es cruzarlo y milagrosamente el paisaje cambia. Pasa de ser un desierto a
convertirse en un vergel, es increíble!!! He de reconocer que mi entrada en
Ecuador no ha sido todo lo triunfal que esperaba. Me he pasado tres horas en el
puesto fronterizo para que me sellasen el pasaporte y me hiciesen los papeles
de la aduana de la moto. Y no es que hubiese mucha gente, no había ni Dios pero
se lo han tomado con calma. Cuando he llegado a la ventanilla había un papel
que ponía: Salí a comer, vuelvo en seguida. He estado una hora de reloj desde
que llegué a la ventanilla. Hacia 63°, un sol de justicia y yo vestido de Power
Ranger estaba achicharrado. Cuando volvía el tipo a la oficina no he podido
contenerme y le he hecho un comentario sobre si en Ecuador “en seguida”
significa una hora o algo así. Al tipo no le ha hecho mucha gracia y cuando ha
estado elaborando “mi expediente” me ha empezado a decir que una fotocopia del
pasaporte no se veía bien el sello, que si esto, que lo otro, y ahí ya la hemos
tenido. En la aduana ecuatoriana te piden fotocopias de los papeles de la moto,
del pasaporte y del carnet de conducir. He de reconocer que yo estaba bastante
quemado de esperar y de estar al sol y le he gritado un poco. Además ha
intentado colarse uno que era algo así como un agente de aduanas medio coleguita
para que le agilizase un expediente y ese también se ha llevado sus gritos. Al
final yo he gritado, el tipo se lo ha tomado con más calma, he seguido acordándome
de su madre y por fin he tenido mi papelito para continuar el viaje.
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Bienvenido a Ecuador |
Empezaba
yo con mal pie en Ecuador así que he decidido tranquilizarme, tomarme las cosas
con calma y pasados unos kilómetros desde la frontera he parado en un “comedor”
de los muchos que hay a lo largo de la carretera en el que había parados unos
ocho camiones cisterna. Si había tantos camiones parados sería por algo y
efectivamente me he comido un menú de carretera que estaba buenísimo. Era un
pescado frito con arroz y frijoles que ni Arzak.
Saciada
mi hambre y mi sed estaba ya más contento y he seguido mi viaje. Me ha
sorprendido de Ecuador nada más entrar que era todo verde y que a ambos lados
de la carretera había hectáreas y hectáreas de plataneras.
Luego me ha dicho un
pajarito que Ecuador es el mayor productor de plátanos del mundo, no me
extraña.
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Puesto de plátanos |
Cerca de la costa todo eran campos de plátanos pero luego he ido
subiendo para llegar hasta mi destino y el paisaje era clavado a Asturias o
Galicia. Todo verde, con sus vaquitas, sus casas desperdigadas por la montaña,
de veras sorprendente. Otra cosa que me ha sorprendido es que las carreteras
estaban muy bien y que había un montón de carteles de concienciación tipo: no
tires basura, Ecuador potencia turística mundial, cuida el medio ambiente, si
ves que la gente infringe cosas, denúncialo… La verdad es que el tema de la
concienciación debe de haber funcionado porque la diferencia entre Perú y
Ecuador es abismal.
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Cartel del concienciación |
Ecuador está infinitamente más limpio que Perú, en las
carreteras a penas hay basura, los pueblos están mas ordenador, las casas están
acabadas!!! y sobre todo y fundamental… los coches no pitan constantemente ni
tampoco te pasan por encima. Así, entre curva y curva, prado y prado he llegado
a mi destino.
¿Habías
oído hablar alguna vez de Cuenca? No, no de esa Cuenca que te imaginas… de la
Cuenca de Ecuador. Yo en mi vida y me he llevado un sorpresón. Estarás
diciendo: -joder hijo, podías haberte informado un poquito de los sitios por
los que ibas a pasar!!! Como ya he dicho en varias ocasiones, al igual que no
llevo GPS por romanticismo, no quiero “leer” sobre los sitios por los que voy a
pasar para así poderme llevar sorpresas con las cosas que me voy encontrando.
Además creo que ni Marco Polo ni Livingston llevaban la Loneny Planet y me da
que no se lo pasaron mal. Volviendo al asunto, después de llegar al hotel, me
he duchado y he salido zumbando para hacer un tour en un bus de esos
descubiertos por toda la ciudad y ha sido un acertón. Cuenca me ha gustado
muchísimo. Qué ciudad tan bonita, tan cuidada y tan completa que es esta. En mi
vida había oído yo de la existencia de la Cuenca ecuatoriana.
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Cuenca |
Además de la
explicación de los edificios y de la historia, la guía ha contado una anécdota
curiosa. Al parecer, los famosos sombreros panameños (panamá hut) son originariamente
de aquí. Al parecer, los enviaron a Panamá cuando la construcción del canal y
según ha contado, cuando el canal lo visitó un presidente norteamericano se
puso un sombrerito de estos, le fotografiaron y el sombrero adquirió fama
mundial. Según cuentan parece ser que es originario de aquí y son los mayores
productores del mundo.
Algo
que me ha resultado curioso es lo siguiente. Cuando viajo por países
llamémosles un poco menos desarrollados que España (y con esto no digo que
España sea la panacea pues hay muchas cosas que quemaría con un lanzallamas) la
novedad del desorden, el caos, la suciedad, el “descojono” generalizado tiene
su gracia y su atractivo pero después de un tiempo me empieza a cansar. Mira
que me queda aún “caos” por delante en los países que me queda por visitar pero
una vez que he entrado en Ecuador y he encontrado todo más ordenado, todo más
limpio, todo más serio y algo fundamental… que los coches no pitaban y no tenias
que estar con mil ojos, de alguna manera “he descansado” y también me he
relajado. Debo tener una mente muy cuadriculada o quizás en exceso occidental.
Puede ser también que esté demasiado acostumbrado a lo mío y sea tan paleto
como aquellos que dicen: -como los chorizos de mi pueblo…
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La cena |
Por
hoy nada más, he llegado muy tarde al hotel, he cenado demasiado y se me están
cerrando los ojos.
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La etapa del día |
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