lunes, 23 de febrero de 2015

22 de febrero de 2015 – Lima –Trujillo – 554km – 8h30

Hay días que son insulsos y este ha sido uno de ellos. Hoy que “celebro” que hace un mes que estoy de viaje, que llevo ya 15.157 kilómetros a la espalada… no ha pasado nada de nada. Salí pronto de Lima pues tenía una tiradita hasta llegar a Trujillo. El centro de Lima estaba desierto, comparado con lo que había visto los días anteriores parecía una ciudad fantasma. 


Me las prometía yo muy felices pero no sé cómo me he comido un atascón de salida alucinante. He tardado 1h en hacer 30 kilómetros. ¿Pero dónde iban todos a las 9 de la mañana? No me quiero imaginar cómo tiene que ser la hora punta en “la” autopista de Lima. Los atascos de la M-40 son el Balneario de Battle Creek al lado de esto.



Hay algo que me sorprende un montón y es que según he leído hay 30 millones de peruanos y Perú es tres veces más o menos la superficie de España. Evidentemente Lima tiene un montón de habitantes pero lo curioso es que tengo la sensación de que dónde hay población, en las ciudades, en los pueblos… a los peruanos les encanta aglomerarse. Pasas por un pueblo perdido de la mano de Dios y la calle principal del pueblo está rebosante de gente, pasas por un mercadillo chungo y hay millones de personas juntas, llegas a Trujllo y en la plaza de armas no cabe un alfiler Parece un país del sudeste asiático dónde siempre hay un montón de gente por todos los sitios. Lo que me cuesta entender es por qué ocurre eso. En teoría deberían estar “más separados”.  

Hoy me ha vuelto a parar la policía. Era la primera vez que lo hacían en Perú. La verdad es que no entiendo porqué me han parado. Me han pedido el carnet y la documentación de la moto y otra vez les he vuelto a dar los papeles “de palo”. Les han encantado y no han notado la diferencia así que yo tan contento. Cuando me iba a devolver la documentación ha empezado a echarme un sermón no sé muy bien porqué de que no tenía que correr, que no adelantase, que fuese tranquilo y justo cuando me lo estaba diciendo, venía una moto de frente que ha adelantado a un camión en doble línea continua, en la que resultaba que venían montados tres “locals”, todos sin casco y enchufados para ser una motillo de poco más de 50cc. Cuando ha acabado el sermón, que ha coincidido cuando pasaban a nuestra altura los tres colegas, le he dicho: - a mandar agente, la próxima vez se lo repite a estos que parece que no se han enterado. Me ha devuelto la documentación y con cara de póker me ha dejado seguir.

El paisaje de hoy ha estado curioso. De Lima a aquí es un desierto, un verdadero secarral. Hay veces que pasas literalmente por medio de un desierto con dunas gigantes a los lados y verdaderas tormentas de arena. Cuando se pasa cerca del océano el paisaje es impresionante. 



Lo único es que no sé si es la época del año o es que siempre es así pero en el ambiente hay siempre una especie de neblina o de nube de polvo o de no sé qué que hace que el sol no luzca con claridad y un poco desmerece el paisaje. Qué aridez!!!



Sigo alucinando con la forma que tienen de conducir por aquí. Hacen unas burradas alucinantes. Adelantamientos imposibles, cambios de carril radicales, cruzadas de vía escandalosas… Lo que no entiendo es cómo no hay más accidentes. De vez en cuando he visto alguno pero para las burradas que hacen pocas cosas pasan.   





Siento de veras no poder contarte nada más pero es que cuando no hay, no hay.

2 comentarios:

  1. Álvaro, ya vemos que todo marcha sobre ruedas. Ya sabes que siempre hay que ir con mil ojos en la carretera, y más en una moto. Siempre precaución y vista. En cuanto a los policías...ya sabes, siempre cuecen habas en todos sitios...y allí ya sabes que con los locales, pues venga, vista gorda y adelante. Demasiado poco pasa....y porque Dios no quiere. Ya sabes que seguimos desde aquí tu gran aventura en moto. Un gran abrazo desde Valladolid!!!!

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  2. De veras pasan pocas cosas para las pirulas que hacen!!! han caído de pie

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