domingo, 22 de febrero de 2015

21 de febrero de 2015 – Lima –Lima – 0km – 24h

Día bastante tranquilito el día de hoy. Sin muchos sobresaltos y sin muchas cosas que contar. En vista de que ayer realmente no vi mucho, ni tampoco hice por, además tenía que cambiar la rueda delantera de la moto y que lo que había visto de Lima me había gustado, decidí quedarme un día más por aquí. Además es curioso cómo en seguida te acostumbras a lo bueno. He estado casi un mes entero metiéndome unos palizones de moto de alucinar y los días que he parado luego me ha dado un perezón arrancar otra vez de cuidado. Así que entre unas cosas y otras, tenía la excusa perfecta para quedarme un día más. Además me acordé de Henrique el brasileño que conocí en Cafayate que una de las cosas que más me repitió fue: -Álvaro, no tengas prisa!!! Se daban pues todos los condicionantes para que me lo tomase con calma y me quedase un día más en Lima.

Por la mañana fui finalmente a cambiar la rueda y aunque me llevó más tiempo de lo que pensaba, ya tengo rueda nueva y creo que o muy mal se dan las cosas o con esta rueda acabo el viaje. La vieja me ha durado más de 15.000 kilómetros y al final la he cambiado por quitarme el marrón de encima pero me habría aguantado otros 15.000 más, fijo…

Rueda delantera antes de cambiar


Después de cambiar la rueda me he vuelto al hotel, he dejado la moto, he recogido por fin mi ropa limpita y me he ido a visitar Lima. Mi idea era ir a visitar el centro pues entre lo que vi el primer día y lo que vi ayer, la zona de Miraflores la tenía bastante trillada. Igual que he acabado enamorado de Miraflores, el centro de Lima, aunque está bien, es más “Perú”. Es más lo que yo me esperaba. Es más caótico, más sucio, tiene unos cuantos edificios chulos, la plaza de armas no está mal, el edificio del ayuntamiento, iglesias, conventos…

Algo que me llama realmente la atención no ya sólo de Lima si no también del resto de ciudades que he visto en Perú y también en Bolivia es la cantidad de tiendas, puestos, vendedores ambulantes, bares, restaurantes y demás establecimientos que hay en la calle. Sinceramente me cuesta creer que haya negocio para todos. 

Puesto de chirimoyas XL
Hoy, por ejemplo, he visto decenas de puestos callejeros de fruta pelada y cortada. Me he ido fijando un buen rato y en ninguno de los que he visto había un solo cliente comprando. El vendedor en cambio seguía pelando fruta y colocándola en el carrito y estoy seguro que la acabaría vendiendo sino, no entiendo que siga con el chiringo de fruta. Quien dice puestos de fruta dice tiendas de cosas. Venden de todo, además tienen una cantidad de género que me cuesta creer, vuelvo a remarcar, que lo acaben vendiendo en toda la vida del establecimiento. Recuerdo cuando estuve en Cuzco que había por todas las calles de la ciudad, decenas y decenas de puestos con gorritos, jerseys, bolsitos… de motivos “andinos”. Había miles y miles de artículos y creo de veras que aunque todos los turistas que pasan por Cuzco se llevasen el pack completo (gorrito, jersey, porta agua y monedero) no acababan con el género que allí tienen acumulado en 30 años. Es imposible!!! Me gustaría saber qué “cajas” hace esta gente, si es que venden un gorrito y sacan para todo el mes. Y bueno, si te dedicas a los gorritos… pero ¿y las tiendas estas que he visto hoy que se dedican a vender “mierda”?, cosas que yo desde luego jamás compraría pero es que creo que no hay Dios que lo compre. No sé, llaveritos, abre botellas, fundas para móvil, calcetines… No hay llaves en el mundo, ni botellas, ni móviles, ni pies para gastar toda esa cantidad de género que tienen estas tiendas. No sé, será que me aburro, que ya no sé qué hacer con mi tiempo y me dedico a pensar en estas gilipolleces pero de veras es algo que me tiene súper intrigado.

Hay una cosa que, de veras, me molesta y aunque ya llevo unos días por aquí no logro superarlo. Es el tema de las tocadas de claxon. Dicen que en los países del sudeste asiático y en la India es aún peor pero como no he estado no lo sé.  Lo que sí sé es que me parece insoportable. Yendo en la moto no te cuento, cada dos por tres me estoy girando a ver qué pirula he hecho por la que me están pitando y luego resulta que no he hecho nada. También me enerva cuando voy andando por la calle y no dejan de pitar, qué molesto!!! Lo curioso es que hay señales que invitan a no pitar!!!! Pero aquí ni Dios hace caso.

 A palabras necias... 
Hoy, aunque la ida la he hecho en autobús, la vuelta la he hecho andando y a lo tonto a lo tonto he hecho como creo hace todo el mundo cuando va a una gran ciudad. Miras el mapa, ves las calles que hay, te echas a andar, cuando llevas la mitad ya te dices que no coges un bus o un taxi para ir hasta ahí y al final te metes unos “maratones” a andar que en tu casa no te los metes ni loco. Si uno trasladase las distancias que se hace cuando está por ahí de turismo a las distancias habituales de su casa, se quedaría alucinado. Yo hoy me hecho 700 kilómetros andando, fijo. Me he acordado hoy de que cuando era pequeño y mi madre me mandaba que fuese a hacer algún recado, ponía el grito en el cielo porque tenía que ir andando y no dejaba de quejarme para que fuese mi hermano o fuese mi madre o me llevase en coche… Hoy me he hecho todos los recados que no hice entre los 10 y los 16!!!

Al final del día he acabado otra vez viendo la puesta de sol. Esta vez, como no tenía guía que me llevase, he seguido andando, andando y he acabado en un lugar llamado “El parque del Amor”. Era el único toli de todo el parque al que le faltaba la parienta para enroscarse y darle besitos… hasta había una estatua de dos enroscados!!!!  

Parque del Amor

No ha habido besitos pero las vistas y la puesta de sol han merecido la pena.

Puesta de sol
Lima me ha gustado, lo he pasado bien y creo que es un buen sitio para volver.

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