Día
bastante tranquilito el día de hoy. Sin muchos sobresaltos y sin muchas cosas
que contar. En vista de que ayer realmente no vi mucho, ni tampoco hice por,
además tenía que cambiar la rueda delantera de la moto y que lo que había visto
de Lima me había gustado, decidí quedarme un día más por aquí. Además es
curioso cómo en seguida te acostumbras a lo bueno. He estado casi un mes entero
metiéndome unos palizones de moto de alucinar y los días que he parado luego me
ha dado un perezón arrancar otra vez de cuidado. Así que entre unas cosas y
otras, tenía la excusa perfecta para quedarme un día más. Además me acordé de
Henrique el brasileño que conocí en Cafayate que una de las cosas que más me
repitió fue: -Álvaro, no tengas prisa!!! Se daban pues todos los condicionantes
para que me lo tomase con calma y me quedase un día más en Lima.
Por
la mañana fui finalmente a cambiar la rueda y aunque me llevó más tiempo de lo
que pensaba, ya tengo rueda nueva y creo que o muy mal se dan las cosas o con
esta rueda acabo el viaje. La vieja me ha durado más de 15.000 kilómetros y al
final la he cambiado por quitarme el marrón de encima pero me habría aguantado
otros 15.000 más, fijo…
Después
de cambiar la rueda me he vuelto al hotel, he dejado la moto, he recogido por
fin mi ropa limpita y me he ido a visitar Lima. Mi idea era ir a visitar el
centro pues entre lo que vi el primer día y lo que vi ayer, la zona de
Miraflores la tenía bastante trillada. Igual que he acabado enamorado de
Miraflores, el centro de Lima, aunque está bien, es más “Perú”. Es más lo que
yo me esperaba. Es más caótico, más sucio, tiene unos cuantos edificios chulos,
la plaza de armas no está mal, el edificio del ayuntamiento, iglesias,
conventos…
Algo
que me llama realmente la atención no ya sólo de Lima si no también del resto
de ciudades que he visto en Perú y también en Bolivia es la cantidad de
tiendas, puestos, vendedores ambulantes, bares, restaurantes y demás
establecimientos que hay en la calle. Sinceramente me cuesta creer que haya
negocio para todos.
Puesto de chirimoyas XL |
Hoy, por ejemplo, he visto decenas de puestos callejeros de
fruta pelada y cortada. Me he ido fijando un buen rato y en ninguno de los que
he visto había un solo cliente comprando. El vendedor en cambio seguía pelando
fruta y colocándola en el carrito y estoy seguro que la acabaría vendiendo sino,
no entiendo que siga con el chiringo de fruta. Quien dice puestos de fruta dice tiendas de cosas. Venden de todo, además tienen una cantidad de
género que me cuesta creer, vuelvo a remarcar, que lo acaben vendiendo en toda la vida del
establecimiento. Recuerdo cuando estuve en Cuzco que había por todas las calles
de la ciudad, decenas y decenas de puestos con gorritos, jerseys, bolsitos… de
motivos “andinos”. Había miles y miles de artículos y creo de veras que aunque
todos los turistas que pasan por Cuzco se llevasen el pack completo (gorrito,
jersey, porta agua y monedero) no acababan con el género que allí tienen
acumulado en 30 años. Es imposible!!! Me gustaría saber qué “cajas” hace esta
gente, si es que venden un gorrito y sacan para todo el mes. Y bueno, si te
dedicas a los gorritos… pero ¿y las tiendas estas que he visto hoy que se
dedican a vender “mierda”?, cosas que yo desde luego jamás compraría pero es
que creo que no hay Dios que lo compre. No sé, llaveritos, abre botellas,
fundas para móvil, calcetines… No hay llaves en el mundo, ni botellas, ni móviles,
ni pies para gastar toda esa cantidad de género que tienen estas tiendas. No
sé, será que me aburro, que ya no sé qué hacer con mi tiempo y me dedico a
pensar en estas gilipolleces pero de veras es algo que me tiene súper
intrigado.
Hay
una cosa que, de veras, me molesta y aunque ya llevo unos días por aquí no logro
superarlo. Es el tema de las tocadas de claxon. Dicen que en los países del
sudeste asiático y en la India es aún peor pero como no he estado no lo sé. Lo que sí sé es que me parece insoportable. Yendo en la moto no te cuento, cada
dos por tres me estoy girando a ver qué pirula he hecho por la que me están pitando
y luego resulta que no he hecho nada. También me enerva cuando voy andando por
la calle y no dejan de pitar, qué molesto!!! Lo curioso es que hay señales que invitan a no pitar!!!! Pero aquí ni Dios hace caso.
A palabras necias... |
Hoy, aunque la ida la he hecho en autobús, la vuelta la he hecho andando
y a lo tonto a lo tonto he hecho como creo hace todo el mundo cuando va a una
gran ciudad. Miras el mapa, ves las calles que hay, te echas a andar, cuando
llevas la mitad ya te dices que no coges un bus o un taxi para ir hasta ahí y
al final te metes unos “maratones” a andar que en tu casa no te los metes ni
loco. Si uno trasladase las distancias que se hace cuando está por ahí de
turismo a las distancias habituales de su casa, se quedaría alucinado. Yo hoy
me hecho 700 kilómetros andando, fijo. Me he acordado hoy de que cuando era
pequeño y mi madre me mandaba que fuese a hacer algún recado, ponía el grito en el cielo
porque tenía que ir andando y no dejaba de quejarme para que fuese mi hermano o
fuese mi madre o me llevase en coche… Hoy me he hecho todos los recados que no
hice entre los 10 y los 16!!!
Al
final del día he acabado otra vez viendo la puesta de sol. Esta vez, como no
tenía guía que me llevase, he seguido andando, andando y he acabado en un lugar
llamado “El parque del Amor”. Era el único toli de todo el parque al que le
faltaba la parienta para enroscarse y darle besitos… hasta había una estatua de
dos enroscados!!!!
Parque del Amor |
No ha habido besitos
pero las vistas y la puesta de sol han merecido la pena.
Puesta de sol |
Lima
me ha gustado, lo he pasado bien y creo que es un buen sitio para volver.
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