domingo, 22 de febrero de 2015

19 de febrero de 2015 – Nazca – Lima – 468km – 7h30

Me lo tomé con calma en el día de hoy. La idea era visitar las líneas de Nazca y luego continuar hasta Lima. Estuve mirando por la noche cual era la mejor forma de visitar las líneas y todo el mundo coincidía en que lo mejor y probablemente la única manera real de verlas era desde el aire. No soy yo muy amante de las avionetas pero al aeropuerto que me fui después de disfrutar de un suculento desayuno en mi “hotelito del amor”.

Cuando llegué al aeropuerto me quedé sorprendido de la cantidad de compañías que ofrecen la posibilidad de visitar las líneas desde el aire. Te asaltan como en un mercado persa y todos te venden visitar las líneas con ellos. Además tienen truco. Había leído en internet que la más antigua y las más fiable y bla, bla, bla era una tal AeroParacas. Pues bien, hay varias compañías que tienen o el nombre similar o el logo similar y a pesar de que iba convencido a embarcarme con AeroParacas (por aquello de la seguridad y tal…) me acabé metiendo en otra que era la prima hermana pero que no era la que yo andaba buscando. Cuando ya había soltado la pasta fue cuando caí, too late!!

Una vez pagué el tour, me costó 70$, me pesaron (definitivamente estoy adelgazando porque iba vestido con todos los trastos y pesaba menos que cuando me pesé antes de salir de Madrid como Dios me trajo al mundo), me dijeron de ir a pagar las tasas del aeropuerto (otros 20 soles) y que esperase en la sala de espera del aeropuerto. Pasaron unos 15 minutos y me llamaron para “embarcar”. Me pareció curioso que me pidieran el pasaporte para pasar a la puerta de embarque (será pequeño el aeropuerto pero aquí las cosas las hacen como en los grandes) y lo mejor de todo es que incluso tuve que pasar por el arco detector de metales y dejar todo en la bandejita. No sé, lo mismo pensaban que iba a secuestrar la avioneta y a estrellarla contra una línea… qué profesionalidad!!!!! Apareció el que iba a ser nuestro copiloto además de nuestro guía. Nos llevó hasta la avioneta, nos dijo dónde teníamos que sentarnos y lo que íbamos a ver. Una vez sentaditos, arrancó el chisme y en pocos minutos estábamos volando. Tengo que decir que debía de hacer 63°, yo iba vestido con el traje de la moto (craso error y menos mal que dejé la chaqueta en la oficina de las avionetas) y estaba achicharrado. Después de despegar, volamos unos 5 o 10 minutos hasta llegar a la primera “figura” destacable de las líneas, se trataba de “la ballena”. Yo, antes de ver nada tenía la idea de que las líneas de Nazca eran unas figuras gigantescas que casi, casi se veían desde el espacio. El caso es que cuando llegamos hasta la ballena de marras y el copiloto empezó a dar indicaciones de dónde situarla, entre que había que mirar por la derecha y yo estaba sentado a la izquierda y que la ballena más que una ballena por tamaño era un boquerón, yo no vi un carajo. Gracias a que la avioneta hizo otra pasada, esta vez por la izquierda, pude ver algo. El copiloto dijo que no nos preocupásemos pues en todas las figuras íbamos a hacer una pasada por la derecha y otra por la izquierda así que verlas,  las veríamos todos. Después de la ballena, nos dirigimos a ver otra figura, el astronauta. Camino de la otra figura la avioneta se meneaba bastante, y entre en calor y el meneo he de reconocer que me empecé a sentir “curiosete”. Llegamos al astronauta, giro a la derecha… vaya, giro a la izquierda… vaya otra vez… vi el astronauta pero no sé. Seguimos el tour y en ese momento pensé: - Álvaro, no puede estar pasando, tú nunca te has mareado, no te puedes marear… Concéntrate. Hay que decir que el calor no ayudaba, estaba achicharrado, el meneo del avión, el ruido del motor, todo eran factores en contra. El copiloto de vez en cuando se giraba y preguntaba: - ¿todo bien? Todo el resto del pasaje con el pulgarcito hacia arriba pero el mío estaba titubeante. Continuamos con la excursión intenté relajarme, vi las figuras pero he de reconocer que tenía ganas de que acabase. Al final salí vivo pero con la cabeza y el estomago un poco revuelto.

En relación a las figuras he de decir que aunque son curiosas quizás han sido un poco decepcionantes. Como he dicho antes, me las esperaba bastante más grandes. Algunas los son y se ven perfectamente pero otras tienes que aguzar la vista para poder verlas. Por otro lado me ha sorprendido que a pesar de ser algo “único”, de estar protegido por la Unesco y todo eso, las tienen un poco abandonadas. Muchas de las líneas están pisadas por huellas de 4x4 o han hecho una especie de camino que pasa justo por encima. No sé, algo tan peculiar deberían tenerlo más cuidado y en mi opinión no lo está.



Una vez acabada la excursión me puse en marcha esta vez camino de Lima. Me quedaban algo mas de 400 kilómetros, tenía claro por la hora que era que iba a llegar por la noche pero como tenía hotel estaba más relajado. El camino a Lima no tuvo mucha historia pero me sorprendieron un par de cosas. 

Camino de Lima

En primer lugar es evidente que Perú es un país que está creciendo bastante. Desconozco cual es su situación económica actual pero me suena haber leído que en general es uno de los países más pujantes de Sudamérica. Lo malo de eso es que al final todos los países que crecen cometen los mismo errores y por ejemplo, camino de Lima he visto un montón de promociones inmobiliarias y un montón de cartelitos en los que ponía: -ten tu propia casa, ten tu propia parcela… otros que van a caer en la trampa que hemos caído todos.

En segundo lugar también me ha sorprendido lo que he visto de Lima. Tengo que decir que he llegado por la noche, es bien sabido que por la noche todos los gatos son pardos y habrá que verlo mañana por la mañana pero definitivamente el nivel que hay en Lima no es el nivel del resto de Perú. Me estoy quedando en una zona de Lima que se llama Miraflores que en teoría la zona más “pija” de toda Lima y eso se nota. Hay casas chulas, algunos casoplones, está todo cuidado e impoluto, no sé, es una especie de Viso limeño. Otra cosa, y esto quizás es delicado decirlo (y más en los tiempos que corren en los que lo políticamente correcto es lo único que se puede decir) es que en Perú hay blancos. A ver, es de cajón que los había, no soy bobo, pero hoy después de llegar e instalarme en el hotel, he salido a cenar. He buscado en internet un sitio un poco pintón (estoy harto de pollo asado y con patatas) y cuando he llegado al sitio me ha sorprendido que la gran mayoría de los clientes eran blancos y la mayor parte del personal, no.  No pensaba que Perú era así pero se repite un poco lo mismo que ocurre en Brasil. Hay de alguna manera no sé si llamarlos “guettos” (probablemente no sea la palabra más apropiada y quizás lo fuese más “burbujas”) donde viven los que tienen dinero y el resto… Aún así, me da la sensación de que Perú tiene una mayor clase media de lo que tiene, por ejemplo, Brasil. Hay que ver en lo que me entretengo en pensar desde que paso 24h al día sólo, ahora resulta que me voy a hacer sociólogo.  


Antes de acabar quiero también contar otra de mis “observaciones sociológicas”. Perú es definitivamente el país más peligroso para conducir de los que llevo recorridos. Lo de los camiones adelantando aunque vengas tú es el pan nuestro de cada día, otro de sus vicios favoritos es ir con la luces largas puestas y les da igual si te deslumbran y tú te estampas (y mira que hay cientos de señales recordándoles que no lo hagan) y conducir aquí tiene su aquel.



Ya no son solo los taxistas sino que los autobuses, furgonetas y coches de particulares te pasan por encima. Hoy he tenido dos que no las había tenido en mi vida y mira que llevo años montando en moto. La primera he pensado: - joder que suerte he tenido!!! Pero la segunda no sé realmente como el tío no me ha dado. Empiezo a pensar que lo tienen controlado porque luego golpes entre coches no ves ni oyes y las lijadas que se meten son de escándalo.



Mira que estoy concienciado y no hago capulladas, ni corro ni leches, pero es que a veces estos tíos hacen cosas inconcebibles, pretenden pasar por donde no se puede. Espero salir vivo porque un leñazo aquí no tiene que molar nada.  

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